La Microsoft Surface Go es el último intento del mundo PC de competir con tablets de bajo coste que a día de hoy ya no tienen las limitaciones de hace un lustro.
En los últimos años se ha hablado mucho del daño que los Chromebook, los portátiles económicos de Google con Chrome OS, han hecho al iPad. Es por ello que Apple se vio «obligada» a lanzar un iPad económico en 2017 tras mucho tiempo haciendo ligeras reducciones de precios en modelos anteriores. Ahora, quien se había quedado sin hueco por precio eran las Microsoft Surface, por lo que la compañía de Redmond ha lanzado la Surface Go.
Había rumores, y casi salió a la luz todo lo que cabía esperar de ella. Hablamos de una tablet con pata trasera como sus hermanas mayores, con una pantalla de 10″ con proporción 3:2 y resolución de 1800 x 1200 píxeles, ideal para productividad frente a pantallas 16:9. Lo malo en esta parte del conjunto son los marcos que rodean a ese panel. Lo bueno es que en los laterales contamos por primera vez con un puerto USB-C 3.1, que acompaña al siempre bienvenido Conector Surface, puerto por el que se carga con agarre magnético.
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Otro de los grandes problemas de la Surface Go es el procesador, un Intel Pentium Gold Processor 4415Y de séptima generación elegido por su eficiencia (para llegar a 9 horas de autonomía), que queda muy lejos de chips referentes en el sector como el Snapdragon 845 o el Apple A10X. Más bien, en potencia es lo que Apple entregaba en los iPhone 6s y en el iPad económico el año pasado.
El contrapunto está en que como buena Surface, la Surface Go está equipada con un panel táctil que detecta 4096 puntos de presión, algo ideal para el Surface Pen, que se vende por separado sumando. Lo mismo ocurre con el teclado recubierto de fibra Alcantara. Es de lo mejor de la familia de tablets de Microsoft, cuenta con buen recorrido en teclas retroiluminadas y un trackpad Precision que soporta a la perfección todos los gestos de Windows 10.
Surface Go no es mal conjunto frente al iPad para todos esos usuarios que quieran trabajar con un sistema operativo de escritorio completo, pero resultará lenta y poco potente (con versiones de 4 y 8 GB) para quien busque trabajo más potente que el ofimático. Se lanzará a partir de 399 dólares, pero a ello hay que sumar casi obligatoriamente los 129 dólares del teclado. Además, adquirir el modelo con 128 GB de SSD que acompañen a los 8 GB de RAM también se antoja una necesidad importante. Pierde así bastante atractivo.
