20.000 leguas de cable submarino

El fondo del mar, además de peces, arrecifes de coral y criaturas desconocidas, posee una kilométrica red de cables que conectan los cinco continentes. Cada vez que haces una petición a una página web o mandas un correo electrónico, el mensaje sale desde tu ordenador y se dirige a los servidores en los que se encuentre el website en cuestión o el buzón de correo del usuario. Cuando esos servidores se encuentran en otro continente, la petición bucea por el mar a través de una red de cables que envuelve el planeta como si de un ovillo se tratara, redirigiendo la comunicación a través de esas autopistas.

¿Qué pasa cuando un cable se rompe? Para solucionar estos problemas existen barcos específicamente preparados. Son los llamados barcos cableros, capaces de recoger en un rollo, sobre la cubierta del barco, todo el cable que sea necesario para arreglar la avería y volver a tenderlo en el fondo del mar.

SAM-1, el cable de última generación de Telefónica tiene una capacidad de de 2Tb/s, y despliega una red total de 27.000 kilómetros para dar cobertura a todo el continente americano, de los cuales 24.000 se encuentran en aguas profundas y 3.000 en tierra.

Cuando hablamos de aguas profundas, el término es literal. El cable submarino alcanza una profundidad de casi 8,5 kilómetros (casi 26 veces la altura del Empire State Building).

SAM-1 se mantiene mediante un contrato privado de mantenimiento, por el que se prestan servicios de reparación y mantenimiento de cables submarinos en la región del océano Atlántico, Mar Caribe y Océano Pacífico.

En virtud de ese contrato, dos barcos cableros, situados en lugares estratégicos, están listos -las 24 horas del día los 365 días del año- para zarpar y solucionar cualquier problema en el tendido de SAM-1 y garantizar las comunicaciones.

Imagen| Ministerio TIC Colombia

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