La exploración espacial está viajando por diferentes caminos. En este artículo repasamos algunas claves para saber cuáles son los planes de futuro.
La perseverancia de la NASA y las grandes ambiciones de China se unen al ascenso de India como potencia espacial low cost, los nuevos planes de Rusia y las contribuciones de Japón o la Unión Europea. Para terminar de liar todo el embrollo las compañías privadas suenan con fuerza. Los esfuerzos de SpaceX y Blue Origin han abierto un camino que seguirán otras empresas. El espacio ha dejado de ser un terreno vedado de los organismos gubernamentales.
No hay duda de que la NASA aún es la principal entidad que lanza misiones al espacio. Este año de hecho aumentará su presencia, con 32 nuevos lanzamientos desde Cabo Cañaveral , un salto considerable respecto a los 23 que tuvieron lugar en 2016. Será el ejercicio más prolífico en las últimas dos décadas. Aunque el objetivo a largo plazo tiene un nombre claro: Marte.
A la conquista del planeta rojo
La NASA ha retrasado misiones importantes a Marte, como InSight , diseñada para explorar el interior del planeta. La fecha prevista ahora es 2018, cuando también saldrá para allá la misión europea ExoMars 2018 , otro rover que recorrerá la superficie roja. La Agencia Espacial Europea y la Agencia Espacial Rusa colaboran en este proyecto.
En la siguiente década Marte experimentará la llegada de nuevas sondas, procedentes de China (tiene prevista una misión para 2020), India, Corea del Sur o Canadá. Aunque tal vez lo que más llama la atención son los planes para situar un hombre en el planeta rojo. La NASA anuncia en la primavera de 2017 los astronautas seleccionados para una futura misión de este tipo.
La utopía no es patrimonio de la agencia espacial estadounidense, sin embargo. Elon Musk, cofundador de SpaceX y de Tesla, aunque aquí la importante es la primera, ha declarado que su compañía quiere enviar una misión tripulada a Marte en 2030.
La privatización de la exploración espacial
El año 2030 parece una fecha muy temprana y lo de Musk no pasa de ser una propuesta personal más que un plan de empresa. Lo que nadie pone en duda es que SpaceX y otras compañías privadas han cobrado cada vez más protagonismo en la exploración espacial.
En los planes de la empresa de Musk sí que entra el llegar a Marte en 2018 con una de sus naves, la Red Dragon. Con este modelo de naves SpaceX también prevé llevar astronautas a la Estación Espacial Internacional. Estos movimientos se unen al de sus cohetes Falcon, fabricados para poder reutilizarse. La compañía ya ha enviado satélites al espacio por este medio, aterrizando de vuelta y con éxito en algunas ocasiones.
El rival más notorio de SpaceX se llama Blue Origin y está liderada por otro emprendedor de renombre en Silicon Valley, Jeff Bezos, el fundador de Amazon. El objetivo de esta empresa es más modesto hasta la fecha. Sus vuelos solo han alcanzado los 100 kilómetros de altura –los da SpaceX llegaron a los 200 kilómetros–, pero ha reutilizado sus cohetes New Shepard sin tantos problemas como su rival.
Aparte de esta carrera por la reutilización del hardware, las compañías privadas han encontrado otro hueco donde meterse a la exploración espacial. El hueco lo ha abierto la NASA, al permitir que ciertas empresas instalen módulos en la Estación Espacial Internacional. De esta forma podrán investigar por su cuenta y descubrir oportunidades de nuevos negocios.
Volver a soñar con la Luna
El satélite de nuestro planeta es otro de los objetivos en mente de muchas de las principales agencias espaciales. China tiene planes para enviar una sonda a la cara oculta de la Luna en 2018. Si lo consigue sería el primer país en hacerlo. Pero su próximo objetivo es más ambicioso aún: llevas astronautas a su superficie en 2025.
Japón e India también tienen planes para enviar rovers a la Luna antes de 2020. Ambos países siguen su propio camino con proyectos adaptados a sus intereses. En lo que respecta a India, su agencia espacial lanza este año 104 satélites en un solo cohete. Todo un récord y no solo en número de dispositivos, también por su ajustado presupuesto. La mayoría serán nanosatélites cuyo lanzamiento ha sido contratado por otros países.
La superficie lunar también atrae a la Unión Europea y a Rusia. La segunda tenía previsto enviar astronautas allí a finales de la década de 2020. El objetivo era construir una base permanente , pero el presupuesto espacial ruso ha sufrido recortes. Ahora se centrará en el lanzamiento de satélites de comunicación.
Los planes para establecer una estación lunar permanente también los ha considerado la agencia espacial europea. El proyecto se llama Space 4.0 y busca una gran colaboración : entre gobiernos, compañías privadas e instituciones académicas. Otra utopía espacial que poco a poco va pasando al terreno de lo posible.
Imágenes: NASA y SpaceX