6 casos de ‘exit’ exitosos de startups españolas

Los exit de startups españolas –cuando el final es feliz– suelen estar relacionados con la venta, más que con la salida a Bolsa.

El acuerdo de fusión entre Wallapop y Letgo para atacar el mercado estadounidense remueve el ecosistema de las startups españolas. Ante un anuncio de esta magnitud –está respaldado por una inversión de 100 millones para pelear con Craiglist por la compra-venta entre particulares– cabe preguntarse cómo lo están haciendo el resto de empresas tecnológicas nacionales de nuevo cuño.

Os contamos algunos casos exitosos de exit de startups españolas. La mayoría de las veces acaban en venta, aunque las hay que han salido a Bolsa.

Privalia

privalia exit

Recientemente se conoció que Privalia, la startup especializada en la venta online de moda de ocasión, fue adquirida por la francesa Vente-Privee por alrededor de 500 millones de euros. La facturación de la empresa española, fundada en 2006 en Barcelona, por Lucas Carné y Juan Manuel Villanueva, llegó a los 405 millones de euros en 2015. Y la trayectoria de la startup ha sido meteórica. En estos diez años se ha expandido a varios países de Europa y Latinoamérica, lo que ha propiciado que la mayoría de sus ventas procedan del exterior. Se ha adaptado bien a los nuevos tiempos –seguramente este sea uno de los valores que la compañía francesa haya tenido en cuenta– y hoy más de la mitad de sus ventas se producen desde dispositivos móviles.

La Nevera Roja

Entre los exit de startups españolas recientes está el de esta plataforma de reparto de comida a domicilio. En 2015 La Nevera Roja, que competía desde hace años con Just Eat y otras aplicaciones del sector, recibió 80 millones de euros de la compañía alemana Rocket Internet por la totalidad del negocio. El proyecto nació en 2011 y creció rápidamente, gracias en parte a las campañas publicitarias. Internet Rocket, que compra, vende y pone en marcha negocios de distinta clase relacionados con Internet, pagó el equivalente a 40 veces la facturación de la startup española. Los rumores de mercado, que apuntaban a una mala gestión del fondo, ya apuntaban a que la compra era la única solución a corto plazo. Finalmente fue Just Eat la que oficializó la operación, la misma que años antes ya había intentado hacerse con la startup española.

eDreams

No todo son ventas. El caso recurrente –cierto es que escasean los ejemplos– es eDreams, que en 2014 salió a Bolsa con una valoración de 1.600 millones de euros. Se convirtió en la primera startup, gestada entre el oleaje de la burbuja puntocom, que se hizo pública; añadiendo, además, que pocas han logrado llegar a ellos.  El portal de viajes se creó en el año 2000 y hoy ofrece sus servicios de vuelos, transporte, hoteles y ofertas empaquetadas en más de una treintena de países.

Gigas

Esta startup que ofrece servicios de hosting tardó cuatro años en hacer su exit. El pasado 2015 Gigas se lanzó a cotizar en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB), donde apareció con una valoración de 14 millones de euros. La motivación de esta empresa la encontramos en su deseo de encontrar financiación. Pero en lugar de recurrir a los fondos de inversión, al modo tradicional, la empresa ha acudido a los pequeños inversores directamente; algo poco común en el panorama inversor actual.

Otogami

La historia de Otogami es la de una venta, pero con matices. El nombre de la startup no ha ocupado las portadas de la prensa económica, en cambio su trayectoria se cuenta en este reportaje, donde el principal responsable del negocio narra las vicisitudes por las que tuvo que pasar la empresa. Tras dar varios golpes de timón, los fundadores se ven en la tesitura de tener que cerrar. En lugar de eso logran un acuerdo con la compañía 8KData para vender Otogami por un euro. El comprador se hace cargo de la deuda y contrata al equipo en pleno de la startup. Una fórmula para conservar transferir activos y talento (y conservar puestos de trabajo). Algo muy poco común.

Wallapop

Wallapop exit

No es un exit. Al  menos no lo es todavía, pero lo cierto es que el acuerdo con Letgo (de factura también española, pese a que su capital procede del fondo sudafricano Naspers) marca un punto de inflexión en la trayectoria de Wallapop. En el aire desde finales de 2013, la aplicación de anuncios de compra-venta recibió el pasado año una inyección de 38 millones de euros. A partir de aquí Wallapop se plantea dar un salto con garantías al mercado estadounidense. Y finalmente lo acabará haciendo, pero de la mano de Letgo, sumando fuerzas, pero bajo la marca de la segunda. Lo que parecía una compra, se transformó en la creación de una empresa dedicada a gestionar la actividad de ambas en Estados Unidos y conseguir, de esta manera, competir en uno de los mercados más complejos del mundo.

Imagen de portada: Isaac Torrontera

Sobre el autor

RELACIONADOS