Casi 10 años de historia del Boeing 787 y batiendo récords. Este avión todavía tiene algo que decir en la carrera por el transporte más rápido.
La historia de los siglos XIX y XX posee numerosos hitos en el campo del transporte: el coche, el ferrocarril o el avión son algunos de los mayores ejemplos. El siglo XXI ha supuesto una revolución en términos de velocidad. Coches con motores más potentes, trenes bala impulsados por la fuerza de imanes, y aviones supersónicos que desafían la barrera del sonido. Pero en el mundo de inmediatez en el que vivimos, los tiempos para viajar nos siguen pareciendo muy largos.
Atravesar el Océano Atlántico y llegar al continente americano sigue siendo un quebradero de cabeza para millones de personas cada año. Un viaje que el, ya retirado, Concorde lograba hacer en 1996 en 2 horas y 53 minutos, gracias a su característica de avión supersónico. Pero que debido a su alto coste fue jubilado en 2003 después de 23 años y un currículo casi impecable.
Mapa animado del tráfico aéreo
Para aquellos que hayan viajado a Estados Unidos, la experiencia supone de 6 a 7 horas de media para vuelos comerciales. Una diferencia de casi el doble con aquel prodigio de la ingeniería que era el Concorde. Es por eso que el mundo se ha visto sorprendido con el último tiempo conseguido por el Boeing 787-9 de la compañía de bajo coste Norwegian el pasado lunes 15 de enero. Realizando un tiempo de 5 horas y 13 minutos de Nueva York a Londres.
Volar a 1.249 kilómetro hora
El motivo de semejante hazaña se ha debido a la acumulación de una serie de condiciones favorables que han hecho posible que los pasajeros del vuelo llegaran 53 minutos antes. Según los pilotos encargados de este trayecto de manera habitual, los aviones se aprovechan de diversas corrientes y la rotación de la propia Tierra para ganarle en tiempo y velocidad al viaje. Una de estas corrientes alcanzó los 326 kilómetros por hora, permitiendo a los 284 pasajeros del Boeing 787 alcanzar una velocidad máxima de 1.249 kilómetros hora.
Un modelo de avión que lleva en marcha desde 2009, y que 9 años más tarde ha conseguido sorprender al mundo. Un hecho que quizás no se vuelva a repetir debido a su característica fortuita. Pero lo que sí es cierto es que cada vez avanzamos hacia medios de transporte más efectivos en términos de tiempo y eficiencia energética. Los futuros aviones eléctricos nos vuelvan a sorprender y maravillar con nuevos retos.