Crear obras de arte era hasta hoy una cualidad innata al ser humano, y que pocos seres vivos compartían. Pero las reglas han cambiado. Un equipo de desarrolladores diseña una inteligencia artificial capaz de crear sus propias imágenes.
Le evolución de la tecnología en áreas como la de la inteligencia artificial se desarrolla en campos cada vez más variados. Hasta ahora, habíamos visto algunos software con capacidad para escribir una novela, jugar al ajedrez o mantener conversaciones con cierta coherencia. Pero la creación de imágenes parecía estar relacionada con la capacidad emocional de los seres humanos. Hace falta sentir, vivir y experimentar para crear obras de arte visuales. Sin embargo, un equipo de desarrolladores de Microsoft se quiere encargar de demostrar lo contrario.
The Deep Learning Group han sido los encargados del proyecto. Una inteligencia artificial que tiene como base una red neuronal llamada Attentional Generative Adversarial Network (AttnGAN). Básicamente, viene a ser un modelo centrado en el sistema neuronal que poseemos los seres vivos. Esta red neuronal aprendería con la experiencia, realizando varios procesos simultáneamente que trabajan en conjunto.
Un proceso lógico para generar una imagen
Un detalle a resaltar es que la citada inteligencia artificial no tiene imaginación propia. Necesita ser provista de un texto previamente que usa como base para crear la imagen. De acuerdo al trabajo que han presentado el equipo, la IA extrae la información clave realizando varias lecturas para ir afinando la imagen generada mediante píxeles. Con cada escaneo de la descripción que se le ha facilitado, la imagen gana en calidad y definición. Muy similar a un artista buscando inspiración en un poema, o un ilustrador a una novela.
Sin embargo, este planteamiento de inteligencia artificial que es capaz de diseñar su propio contenido, aunque sea a través de un texto, se adentra en un campo jurídico pantanoso. El tema de la autoría, siempre relacionado con la creación de una obra nueva. Cuando vemos en las noticias que un elefante que pinta y vende sus propias obras, entra a debate el hecho de la pertenencia de la obra. Un hecho complejo que suele dar a la justicia dolores de cabeza. Un caso parecido al que nos encontramos con este nuevo desarrollo: un ser no humano creando sus propias obras.
El mayor de los inconvenientes es que la máquina en cuestión no es capaz de diseñar objetos o inventar, ya que se basa en imágenes ya existentes. Detalle que no le resta un ápice de importancia a lo conseguido por este equipo de desarrolladores. Las implicaciones pueden suponer un cambio en las reglas del juego. Sobre todo, teniendo en cuenta la necesidad visual de nuestra sociedad contemporánea. Los bancos de imágenes se pueden ver beneficiados de este desarrollo. Las empresas de publicidad, marketing o diseño se apoyarían en este software como lo hacen los estudios de arquitectura en el software 3D para plantear sus obras. Y en el apartado social se abre todo un abanico de posibilidades para aquellas personas con dificultades. Solo nos queda esperar y ver cómo evoluciona nuestro recién nacido artista.
Imagenes: AttnGAN