Nuestra ciberseguridad y nuestros datos personales, a examen

¿Nos preocupa la seguridad de nuestros datos personales en Internet? Un informe de Telefónica detalla los distintos perfiles de los usuarios y su comportamiento.

¿Has pensado en toda la información que tu teléfono móvil guarda cada día sobre ti? La memoria de un smartphone no sólo almacena nuestra agenda de contactos, sino también los lugares que frecuentamos, la música que escuchamos, los emails y mensajes que recibimos, nuestras horas de sueño y hasta nuestra velocidad al caminar, sabe todo de ti.

En medio de la era de la información y el big data han surgido muchos estudios que sugieren que las personas están cada vez más preocupadas por su privacidad. Estudios realizados por Telefónica afirman que estos miedos se equiparan con el terrorismo global y la recesión económica. No es de extrañar que, a raíz de las revelaciones de Snowden y las brechas de seguridad en servicios cotidianos como el iCloud o apps como Ashley Madison, cada día seamos más cautelosos con los mensajes que compartimos.

El 50% de todos los usuarios de Internet afirma que pagaría servicios para proteger su información. Se ha generado una necesidad que antes no teníamos, una inseguridad que no compartíamos todos los usuarios de la red y, sin duda, una oportunidad comercial para empresas especializadas en la ciberseguridad.

Seguramente habrás aceptado “términos y condiciones de uso”, de lo que no estamos tan seguros es de si has leído alguna vez el documento adjunto. Una investigación de Telefónica Innovation sugiere que nuestra preocupación por la privacidad no parece traducirse en acciones. Las personas continúan compartiendo datos deliberadamente a cambio de valor, conveniencia y pertenencia. Y sólo una quinta parte de los usuarios de Internet hace uso de la navegación privada, una opción simple y gratuita para la protección de la privacidad.

Telefónica se propuso comprender la tensión entre el valor, la conveniencia y la privacidad. ¿Cómo son capaces de coexistir?, ¿pueden los datos comprender qué es lo que la gente realmente necesita de sus productos y servicios impulsados ​​por datos? Para responder a estas preguntas, Telefónica realizó un estudio experimental diseñado para descubrir lo que las personas realmente saben, piensan y sienten sobre sus datos personales.

La clave de dicha investigación fue preguntar de manera indirecta a los entrevistados. ¿Cómo? Evitando expresiones como «datos personales», «privacidad», «vigilancia» y “anonimato”. El estudio exploró la relación de las personas con Internet, cómo, dónde y por qué creen que lo están compartiendo; cómo esto les hace sentir; lo que esto les hace hacer, y no hacer, y por qué; y lo que perciben que necesitan ser en la red.

###4 Tipologías de usuarios###

Para este estudio se descubrieron cuatro perfiles de usuarios que comparten información en Internet: «escépticos», «pragmáticos», «laissez faires» e “inocentes». Estas tipologías se cuantificaron en España, el Reino Unido, Alemania y Brasil.

Cualquier enfoque de investigación e innovación relacionado con los datos personales debe tener en cuenta que Internet es, a día de hoy, una parte integral de la vida. Sus beneficios prácticos y emocionales superan los riesgos asociados con el intercambio de datos. La gente en general no quiere tener que pensar en las posibles consecuencias negativas que supone compartirlo todo. Es por eso que escépticos y pragmáticos, a pesar de las actitudes pesimistas o derrotistas, pueden disfrutar y apreciar los aspectos funcionales e informativos de herramientas como las redes sociales con responsabilidad. Mientras que inocentes y laissez faires se despreocupan y lo hacen dejándose llevar por las emociones.

El estudio encontró que pocas personas tienen una idea precisa de cómo funciona la recopilación de datos, por ejemplo, dónde van los datos o qué se hace con ellos y por qué. Si bien el debate de los datos gira en torno al derecho a la privacidad, este estudio muestra que las necesidades de las personas están, de hecho, más relacionadas con el cibercrimen que con la verdadera definición de privacidad.

Sin embargo, dependiendo del contexto, se tiende a compartir determinados datos específicos, principalmente en torno a la personalización de anuncios, servicios y contenidos. Este tipo de acciones no se asocian activamente con la recopilación de datos, no se considera un abuso de la privacidad.

Por ejemplo, los datos que se comparten cuando los servicios lo solicitan (como detalles financieros y personales) se consideran datos confidenciales. Pudiendo convertirnos en una víctima de un delito o estafa.

Los datos que se generan de forma predeterminada en las redes sociales se percibieron como “normales”. Nuestro perfil y nuestras fotos se comparten a pesar de las posibles consecuencias que conlleva que nuestro rostro y nuestra identidad digital sean robadas.

La responsabilidad corporativa y la custodia de los datos también son necesidades importantes. Esto sugiere una falta de esfuerzo: la gente no quiere hacer sacrificios por cuidar sus datos. En cambio, esperan que aquellos que los reciben lo hagan, pero de una manera que no obstruya el uso y los beneficios de los productos y servicios, o Internet en general.

Se cree que la industria de la privacidad y la seguridad crecerá en casi un 75% en 2018, y juega cada vez más con la ansiedad, el miedo y la demanda de productos y servicios que protejan la privacidad en la red.

El derecho a la privacidad sigue siendo un valor universal de todos los ciudadanos. Sin embargo, la recopilación, aplicación y monetización de big data desempeña un papel integral en el futuro de una empresa de telecomunicaciones digital.

A medida que aumentan las conexiones entre personas, servicios y objetos, aumentará la cantidad y la riqueza de los datos generados. Es imposible imaginar que las personas rechacen los beneficios lucrativos de valor, conveniencia o pertenencia que ofrecen las innovaciones basadas en datos.

Por lo tanto, organizaciones como Telefónica deben seguir garantizando que al crear cualquier tipo de valor para los clientes a partir de sus datos, se genere y recopile de forma segura, se vincule de forma transparente, y se administre de manera responsable. De ahí que el equipo de TU ha desarrollado una solución llamada Latch: una plataforma de control de autorizaciones que funciona con pestillos y códigos TOTP, añadiendo una capa extra de seguridad a tu vida digital. De esta manera eres tú quién decide quién tiene acceso a tus datos y quién no, con la sencilla acción de cerrar el pestillo digital de la app cuando lo desees. Con funcionalidades como Copiloto de navegación segura, gracias a la cual podrás navegar sin preocupación sabiendo que Latch verifica cada sitio web en el que haces clic buscando actividad sospechosa y, si detecta algún dominio malicioso, te bloqueará el paso a tiempo. Todo esto desde un mismo sitio.

Descárgala ya y empieza a proteger tu ciberseguridad y tus datos personales.

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