La Game Boy Camera, ese extraño accesorio de hace 20 años, vuelve a sorprender gracias a su unión con un objetivo profesional de Canon. Los resultados no defraudan dadas sus posibilidades.
A finales de los años noventa del siglo pasado, Nintendo lanzó uno de sus dispositivos más raros y míticos, la Game Boy Camera. Funcionaba con todas sus generaciones de Game Boy, aunque el sensor era monocromático y sólo captaba imágenes de 128 x 112 píxeles. Incluso en la época, era algo mediocre y anecdótico que sólo se usaba para hacer animaciones de stop motion y para darle vida a otro de los accesorios estrella de la familia, la Game Boy Printer, que salió a la venta el mismo año.
Hace mucho que ambas dejaron de ser noticia, pero como suele ocurrir en la comunidad con estas reliquias, hay pequeños desarrollos con los que demostrar que la tecnología, por anticuada que sea, da más de sí de lo que pensamos. Bastiaan Ekeler, un fotógrafo, ha conseguido unir un objetivo profesional de Canon 70-200 milímetros de apertura f/4, con la Game Boy Camera, algo increíble, teniendo en cuenta que se trata de un objetivo con un precio cercano a los 700 euros. No es el mejor de su rango, pero es elevado para las posibilidades del sensor 1/4″ que Ekeler ha calculado en la Game Boy Camera.
Para hacer la unión posible, el fotógrafo diseñó un adaptador en el programa Rhinoceros 3D, y lo imprimió con la impresora 3D Monoprice Select Mini v2 en negro. La Game Boy Camera no contaba con objetivos intercambiables, por lo que también se hizo necesario desmontarla para lograr adherir el objetivo, cuya distancia focal efectiva máxima, gracias a un adaptador intermedio que multiplica por 1,4 veces, es de 3.026,9 milímetros, algo sorprendente.
Gracias a ello, ha conseguido tomar fotos de la luna sin mucha definición, pero con un zoom impresionante. Lo mismo se puede decir de fotos de paisaje y naturaleza. El propio Ekeler reconoce lo complicado de disparar a mano (sin trípode) con una pantalla que se actualiza a un fotograma por segundo y una distancia focal tan enorme. Con paciencia todo es posible.
El paso final consistía en transferir las fotos al ordenador, empleando para ello un viejo cable Game Boy Link, usado en la época para el multijugador, para conectarlo a un Arduino. Tras varias conversiones, logró obtener archivos PNG, que contenían muchas fotos a la vez, como los viejos negativos de película.