Uno de los mayores problemas del conector USB-C se acerca a su fin

El desconocimiento alrededor de lo que ofrecen cables y cargadores bajo el puerto USB-C continúa siendo un problema para usuarios corrientes y profesionales. La buena noticia es que el organismo que toma decisiones al respecto del puerto universal se está comenzando a tomar en serio la situación.

Las ventajas del conector USB-C son conocidas y bienvenidas por todos. Lo que en un principio pareció un «simple» rediseño del microUSB de toda la vida ha acabado convirtiéndose en lo más cercano que tenemos a un cable verdaderamente universal para cualquier función. Lo que el usuario de a pie ve es un conector reversible al final de un cable, que de ahora en adelante le servirá para cargar cualquier smartphone moderno, tablet o cámara, exceptuando los dispositivos con iOS de Apple.

El problema del USB-C

Sin embargo, lo que no se ve de USB-C hasta que necesitas algo más de versatilidad es el problema que hay con los tipos de cable. Aunque aparentemente son todos similares las entrañas difieren mucho. Así, encontramos cables que transmiten 5W, 10W, 25W, 100W, etc. Además, lo mismo se traslada a las capacidades. Hay cables que sólo valen para cargar, cables que sirven para cargar y transmitir datos, cables que sólo son útiles para transmitir datos a alta velocidad (Thunderbolt 3) pero no para cargar, cables capaces de transportar vídeo en alta resolución (con soporte para DisplayPort o MHL), etc.

A la hora de adquirir cables, es importante elegir modelos que tengan estas certificaciones.

El problema parece algo rebuscado, pero no lo es cuando se trata de cargar el dispositivo que acabamos de adquirir y, por el contrario, deseamos nutrir un ecosistema entero para conexiones de red, de vídeo, de carga eléctrica, de sonido, etc. De hecho, para la carga es donde existe uno de los grandes problemas pues es muy difícil adquirir un cargador y saber a qué potencia y amperaje carga, si es capaz de suministrar carga rápida con el estándar USB Power Delivery.

La solución

Imagen de Anandtech.

Por todo ello, al USB Implementars Forum (USB-IF), el organismo encargado de tomar decisiones respecto a USB-C y a todas las variantes, se le lleva tiempo pidiendo que se cree una señalética que ofrezca información relevante a simple vista. Es decir, conocer la potencia de los cargadores y la que pueden transportar los cables, si son sólo de carga o de datos o, por ejemplo, qué tipo de datos suministran.

El primer gran avance ha sido anunciado hace unas horas, ya que el USB-IF certificará mediante un logo que ese cargador (de momento no hay logo para cables) que quieres adquirir soporta carga rápida y una potencia determinada (algo relevante, dado que un ordenador portátil suele necesitar hasta ocho veces la potencia de un smartphone). Si tu intención es adquirir un cargador de carga rápida de 27W, ahora podrás hacerlo sin problemas ni riesgos para otros dispositivos, pues la potencia se regula de forma automática e inteligente.

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