Un grupo de científicos de la Universidad de Nueva York ha investigado acerca de las pompas de jabón con el fin de mejorar la producción industrial de aerosoles o espumas.
Las pompas de jabón son un entretenimiento habitual tanto para jóvenes como para adultos. Pese a que son los más pequeños los que más las suelen disfrutar, las personas de cierta edad también se divierten con ellas, porque las ven como un símbolo de su infancia, y por lo tanto las consideran unos elementos amables y agradables. Es, en definitiva, como un viaje en el tiempo a la infancia donde las burbujas de jabón ejercen de máquina del tiempo para volver atrás.
Ante este contexto idílico y desenfadado, varios científicos de la Universidad de New York liderados por Leif Ristroph -profesor asistente en el Instituto de Ciencias Matemáticas Courant– se propusieron realizar un estudio sobre el funcionamiento y el comportamiento de las burbujas de jabón. Su principal objetivo era conocer cómo se formaban, cuánto aire y a qué velocidad iba ese aire para poder traspasar la fina capa jabonosa, etc.
¿Cómo se forman las burbujas?
El proceso de creación de una burbuja de jabón es bastante simple, como todo el mundo sabe. Únicamente se necesita jabón, agua y aire. Es ahí también donde reside el disfrute para todo el mundo. En este caso, los investigadores han establecido dos formas para poder hacerlas. La primera, empujando con aire constante pero fuerte sobre una capa de jabón a través de una varilla circular, lo que hace que crezca hasta convertirse en una burbuja; y la segunda, empujando con un aire suave sobre una capa ya inflada con el fin de impulsar su crecimiento. Este segundo método es el más usado por la gente corriente para crear sus pompas de jabón, mientras que el primero, en palabras de Ristroph, es más intuitivo pero menos común.
Los resultados del estudio han sido publicados en la revista científica Physical Review Letters. Y apuntan a diversas aplicaciones potenciales para productos de consumo que contienen burbujas, o pompas, como pueden ser distintos aerosoles, espumas o emulsiones. Según Ristroph, el estudio será muy importante para entender cómo mejorar la producción industrial de muchos productos químicos.