Hasta ahora hemos conocido buenos relojes inteligentes, pero el Apple Watch Series 4 marca un antes y un después.
No son pocos los años que lleva el reloj inteligente o smartwatch, fuera de conceptos, encima de la mesa. Pebble, Sony o Samsung han sido compañías pioneras en la era moderna en intentar traer el smartphone a la muñeca para, en algún caso como el de los primeros, tener cierto éxito. Sin embargo, el problema de la industria del reloj inteligente no es otro que compartir, con la del smartphone, querer llegar muy pronto, no llegar bien.
Los años noventa no fueron años para el smartphone, fueron años para que el teléfono móvil creciera y madurase en el reto de conseguir hacer tareas sencillas como llamar o enviar y recibir mensajes sin complicación. Pasaron muchos años hasta que el usuario pudo sentir que el salto en smartphones existía y que por fin vivía una nueva era de la telefonía. Hablamos de 2007, de Steve Jobs y del iPhone original.
Con los smartwatches la fecha no es 2011, 2013, ni 2015, cuando llegó el Apple Watch original, sino 2018. Apple se apresuró lanzando el primer modelo. No hay dudas de que en el momento de llegar al mercado, rápidamente se convirtió en el mejor dispositivo wearable compatible con cualquier smartphone, pero estaba muy verde, Apple no sabía para qué valdría realmente y su hardware, para el momento en que llegó, de fluidez total de funcionamiento.
A partir del Apple Watch Series 2, la cosa avanzó enormemente a nivel de propuesta y de velocidad, pero incluso para la cosa más básica, aún quedaba mucho camino por recorrer. Un dispositivo para notificaciones no puede tener problemas en mostrarlas, esto es, no debería recortarlas, comprimirlas, como hasta ahora sigue pasando en otros relojes inteligentes. Gran parte del sentido de ellos, hoy en día, sigue siendo no tener que sacar el móvil del bolsillo cuando se reciben mensajes o incluso llamadas.
El Apple Watch Series 4 es el primero con conectividad LTE en España, y la autonomía que ofrece es impresionante. Ahora, para salir a correr, los usuarios podrán dejar el smartphone en casa, y aun así seguirán pudiendo llamar por teléfono escribir y recibir mensajes, descargar podcasts, etc. Frente a esto, las alternativas que hay, que no son pocas, sí son algo pobres. Samsung es la única compañía que con sus Gear Watch opone cierta resistencia, y también ofrecerá servicios similares en España. El que estaba llamado a competir con el Apple Watch a nivel global, Android Wear (ahora Wear OS), no está fuera de combate, pero sí muy debilitado y sin aportar innovación al ecosistema.