La Web actual ofrece experiencias personalizadas al detalle, pero a cambio, somos rastreados y nuestros hábitos son almacenados por terceros.
Si eres cliente habitual de una cafetería o bar te habrá ocurrido alguna vez que has entrado, y tras saludar al dueño o camarero, éstos te preguntan si quieres “lo de siempre”.
Lo mismo ocurre en la Web actual. Gracias a las cookies, los trackers y otras tecnologías invisibles para nosotros, los sitios web saben de dónde venimos, a dónde iremos, qué hemos buscado y qué nos interesa.
Sin embargo, aunque este seguimiento puede usarse en nuestro beneficio, lo habitual es que se emplee en nuestra contra, es decir, para mostrarnos publicidad no deseada o para usar nuestros datos sin permiso.
¿La solución más drástica? Acudir a uno de los navegadores web más estrictos con la defensa de nuestra privacidad y anonimato en la red.
Veamos éstos y otros menos estrictos, para quienes no necesiten el anonimato absoluto sino más bien un poco de control sobre qué saben de nosotros en la web.
En busca del anonimato absoluto
Si buscamos el anonimato, la solución más completa es Tor Browser, un navegador para Windows, Mac y Linux que destaca por acceder a internet usando servidores de todo el mundo como intermediario.
Así logramos que los sitios web a los que accedemos no conozcan nuestra IP ni desde dónde accedemos a Internet. Esto resuelve problemas relacionados con contenido limitado a ciertas áreas geográficas.
Tor emplea una versión adaptada de Firefox y una app adicional que nos conecta con los proxys externos. Encontrarás más información en su página de ayuda.
Si Tor te tira para atrás por su complejidad, puedes probar con Epic Privacy, más fácil de usar y con funciones similares.
Para empezar, Epic Privacy bloquea publicidad, trackers, criptominado oculto y toda clase de tecnologías que quieran rastrearnos. Además, tiene su propio VPN gratuito para ocultar nuestra localización real.
Basado en Chromium, Epic Privacy prescinde de los servicios de Google. Al realizar una búsqueda, emplea un proxy para no ser rastreado. Además, está disponible para Windows y Mac.
Y no hay dos sin tres. La tercera recomendación que ofrece navegación anónima es SRWare Iron, basado también en Chromium y que podemos instalar en Windows, Mac, Linux y Android.
¿Qué hace especial a SRWare Iron? Este navegador web elimina las opciones de seguimiento y rastreo que hace Google Chrome pero sigue siendo igualmente funcional.
En concreto, ofrece sugerencias de búsqueda, marcadores, historial, etc. Pero también bloquea publicidad y permite alterar el agente de usuario como si estuviéramos en otro dispositivo o plataforma.
Defendiendo nuestra privacidad
Los navegadores web modernos han ido introduciendo medidas para prevenir ciertas prácticas abusivas por parte de sitios web o anunciantes. Sin embargo, los hay más concienciados que otros.
Un ejemplo es Firefox, del que hemos hablado en varias ocasiones y que en su enésima versión apuesta por medidas de seguridad como una navegación privada mejorada o el bloqueo de rastreadores de publicidad.
A todo esto hay que añadir su disponibilidad para Windows, Mac, Linux, iPhone y Android.
Otra gran opción, menos conocida, es Brave, un navegador que empezó en Android y que en la actualidad también está disponible en Windows, Mac, Linux y iPhone/iPad.
Entre sus armas de batalla, cuenta con bloqueo de publicidad, scripts y trackers y forzado de HTTPS, para que las conexiones entre navegador y la Web sean más seguras.
Su versión más reciente dispone también de un modo privado y un modo privado adicional que integra Tor, del que hemos hablado antes.