Un equipo de científicos chinos liderado por He Jiankui asegura haber desarrollado los primeros bebés editados genéticamente antes de nacer para evitar ser portadores del VIH.
La edición genética es uno de los ámbitos de investigación en medicina más prometedores en la actualidad, a la par que controvertida. Gracias a la técnica denominada CRISPR, se han logrado grandes avances de forma eficaz y precisa en aplicaciones como la biomedicina, la agricultura o la alimentación. Este método para editar el genoma fue descubierto por el científico español Francis Mojica, pero los avances desde diferentes partes del mundo son espectaculares.
Hace dos años, un equipo de científicos de la Universidad de Sichuan (China) introdujo células modificadas a un paciente con cáncer de pulmón mediante la herramienta CRISPR para combatir la enfermedad. No obstante, su desarrollo es aún incipiente, y gran parte de la comunidad científica se muestra crítica ante la edición genética por las implicaciones sociales y éticas que podría tener. Además del riesgo elevado de efectos secundarios que conlleva.
De hecho, una investigación publicada en la revista Nature Medicine llevado a cabo por un equipo de la Universidad de Cambridge y el Instituto Karolinska de Suecia revela que el uso de CRISPR y células manipuladas aumenta el riesgo de desarrollar tumores.
La polémica investigación de He Jiankui
Hace unos días un equipo de científicos chinos aseguraba haber creado los primeros bebés modificados genéticamente. El equipo liderado por He Jiankui, investigador de la Southern University of Science and Technology of China, afirma haber logrado mutar el gen de dos niñas antes de nacer para hacerlas resistentes contra el VIH.
Fuente: Mark Schiefelbein / AP
El padre de ambas niñas es portador del VIH, causante de la enfermedad, y ante su inseguridad sobre si podría tener descendientes, las niñas fueron concebidas mediante inseminación artificial. Tras la fecundación, el equipo de He Jiankui utilizó la técnica CRISPR para inactivar el gen CCR5 para que el virus no se introdujera en el sistema inmunológico.
Durante el desarrollo de los embriones, los científicos secuenciaron el código genético para comprobar que no se producían otro tipo de alteraciones o mutaciones. Finalmente, las niñas nacieron en buen estado.
Una investigación sin contrastar
Las duras críticas no tardaron en aparecer. En primer lugar, porque la investigación no ha sido contrastada ni publicada en ninguna revista especializada y, además, desde la propia Southern University of Science and Technology of China han asegurado que desconocían este proyecto.
En segundo lugar, ha abierto de nuevo el debate sobre la violación ética al editar embriones humanos, algo que no es nuevo. Un caso parecido ocurrió cuando en 2002, el embriólogo Severino Antinori anunciaba sin pruebas contrastadas haber clonado embriones humanos y habérselos implantado a tres mujeres.
Con respecto a este nuevo caso de edición genética en humanos, el investigador del Centro Nacional de Biotecnología y experto en CRISPR, Lluís Montoliu, ha asegurado a medios de comunicación que, de ser cierto, «no sólo se ha cruzado la línea roja de crear seres humanos mediante una técnica que no controlamos, sino que se ha cruzado otra segunda línea roja igual de importante que es el uso de la mejora genética en vez de terapéutica. No están curando a las personas, sino creando personas con capacidades distintas«.
Según el experto, los efectos son inesperados, ya que en la actualidad esta técnica tiene un «95% de fallos» y por eso está prohibida en la gran mayoría de países. Existe un amplio consenso que establece que la modificación del ADN se puede aplicar para prevenir o curar enfermedades, plasmado en el Convenio sobre Derechos Humanos y Biomedicina del Consejo de Europa (1997). Con respecto al genoma humano, el convenio establece que la edición sólo podrá utilizarse como prevención, diagnóstico o terapia, no para introducir modificaciones en el genoma de ningún descendiente.
Ante el aluvión de críticas, He Jiankui ha justificado la validez de la investigación, anunciando que existe otra mujer embarazada de un embrión cuyos genes también han sido modificados. Este proyecto estaría prohibido en España y otros muchos países, incluso en los que defienden la aplicación terapéutica de la edición genética como Reino Unido.
A la espera de saber si este experimento es real o no, el debate sobre si es ético o no editar embriones humanos vuelve a estar servido.