La clave está en el metabolismo de los azúcares y su relación con la actividad cerebral, que unos investigadores creen que podría disminuir el Alzheimer.
El alzhéimer es la demencia más extendida en nuestro tiempo. Su incidencia entre la población cada vez es mayor, hasta el punto de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que se triplicará en las próximas décadas, llegando a afectar a 152 millones de personas en 2050.
La aparición de esta enfermedad implica la pérdida de la memoria y de otras capacidades cognitivas para quienes la sufren. Hasta el momento no existe una cura conocida, pero hay numerosos grupos de investigación en todo el mundo dedicados a su estudio y a la búsqueda de nuevos tratamientos que limiten sus efectos.
Es el caso de los investigadores del Centro de Envejecimiento y Regeneración de la Universidad Católica de Chile. Su equipo, liderado por los doctores Nibaldo Inestrosa y Pedro Cisternas, ha conseguido ilusionantes avances en la lucha contra el alzhéimer, en particular, en la tarea de frenar su avance.
La clave está en el metabolismo de los azúcares y su relación con la actividad cerebral. Y es que, cualquier acción, ya sea física o mental, requiere de un consumo de energía en forma de glucosa, de ahí que su metabolismo sea crucial para prevenir las lesiones degenerativas asociadas al paso de la edad.
En sus pruebas con ratones transgénicos, los científicos del Centro de Envejecimiento y Regeneración han podido demostrar que la activación de la vía de señalización cerebral Wnt favorece la llegada de glucosa al cerebro y, con ello, la comunicación eficaz entre neuronas.
La clave está en la proteína beta-amiloide
Según investigaciones hechas hasta ahora por la comunidad científica, la enfermedad de alzhéimer se origina por la acumulación en el cerebro de una proteína denominada beta-amiloide. Esta sustancia produce un deterioro de las neuronas y de las sinapsis o conexiones entre ellas.
El fortalecimiento de la vía Wnt favorece el transporte de azúcares a las células cerebrales. Esto facilita la comunicación entre las neuronas y, por tanto, el funcionamiento eficaz del sistema neurológico, lo cual ayuda a mitigar la presencia de cantidades nocivas de beta-amiloide.
Los resultados de los experimentos con roedores son esperanzadores, pues sugieren que el desarrollo de mecanismos que favorezcan el metabolismo de la glucosa en los seres humanos puede ayudar a frenar los avances de enfermedades tan dañinas como el alzhéimer. Por eso, entre los objetivos de los investigadores está la búsqueda de sustancias que fortalezcan vías de intercambio de proteínas que hagan llegar azúcares a las neuronas.
Quién sabe si dentro de no muchos años la comunidad científica dará con la clave para curar el alzhéimer. Para ello será fundamental dotar a los grupos de investigación científica de los recursos tecnológicos necesarios para llevar a cabo sus estudios experimentales. Así, podremos seguir viendo avances como el hecho de aplicar IA a la diagnosis de la enfermedad con 10 años de antelación.
Mientras tanto, los especialistas en neurociencia recomiendan a toda la población mantener la mente activa para prevenir la aparición y el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas. Para ello, se pueden llevar a cabo actividades como la lectura, el aprendizaje de idiomas o hacer crucigramas y sudokus. A su vez, también conviene seguir unos hábitos de vida saludables, con ejercicio físico moderado y una dieta equilibrada.