El impacto sucederá previsiblemente en 2.000 millones de años y despertará a un agujero negro inactivo.
La Universidad de Durham en Reino Unido ha realizado un estudio que predice el impacto de la Vía Láctea con la Gran Nube de Magallanes (LMC). El impacto sucederá dentro de 2.000 millones de años, y podría expulsar a nuestro Sistema Solar de la galaxia.
Esta colisión sucedería antes que la colisión prevista entre la galaxia Andrómeda y la nuestra. Los científicos dicen que el impacto con Andrómeda llegará en 8.000 millones de años, por lo que la colisión con la Gran Nube de Magallanes ocurrirá mucho antes.
Si la Gran Nube de Magallanes llega a colisionar con la Vía Láctea, podría despertar el agujero negro inactivo que existe en nuestra galaxia. Si el agujero negro se activa, empezará a absorber el gas que existe a su alrededor aumentando su tamaño hasta diez veces.
La colisión activará un agujero negro
Durante el proceso de crecimiento del agujero negro, este comenzaría a arrojar radiación de alta energía que no tendría por qué afectar a la Tierra. Sin embargo, el momento inicial de la colisión podría expulsar a nuestro Sistema Solar de la Vía Láctea y mandarlo al espacio.
Nuestra galaxia está rodeada por otras galaxias satélite, que orbitan a su alrededor. Aunque, por lo general, las galaxias satélites tienen una vida tranquila, orbitando alrededor de la galaxia anfitriona durante miles y miles de años; en algunas ocasiones se hunden en el centro de su órbita y chocan con la galaxia anfitriona.
La Gran Nube de Magallanes es la galaxia satélite más brillante de la Vía Láctea. Está situada a 163.000 años luz de nuestra galaxia, y solo lleva siendo nuestra vecina 1.500 millones de años.
Se creía que la Gran Nube de Magallanes podría acabar escapando de la atracción gravitatoria de la Vía Láctea, pero las últimas investigaciones revelaron que tiene casi el doble de materia oscura de lo que se creía. Al contar con una masa mucho mayor a la esperada, la Gran Nube de Magallanes está perdiendo energía a gran velocidad, lo que condenará a la galaxia a chocar con la Vía Láctea.
Esta predicción se ha realizado gracias al Instituto de Cosmología Computacional de la Universidad de Durham que, en colaboración con la Universidad de Helsinki, han realizado una simulación con el superordenador EAGLE para deducir cuándo se producirá la colisión.
Marius Cautun, miembro del Instituto de Cosmología Computacional, afirma que aunque 2.000 millones de años es un periodo de tiempo extremadamente largo para la concepción de tiempo humana, se considera un tiempo muy corto en escalas de tiempo cósmicas.