Las auroras son un fenómeno natural que fascina a muchos. Sabemos cómo son y dónde pueden verse pero, ¿sabemos por qué se forman?
Islandia es un destino turístico muy solicitado: sus paisajes, cultura y temperaturas llaman la atención de cada vez más turistas.
Pero, ¿por qué quiere ir la gente a Islandia? A presenciar el fenómeno de las auroras boreales.
Este fenómeno natural tiene lugar únicamente en las regiones polares del planeta, de ahí viene su nombre: auroras boreales o australes, en función de si ocurren al norte o al sur. Lo que las hace aún más interesantes es lo inusuales que son, aunque existe una temporada en el que es posible observarlas, siguen siendo un fenómeno improbable. La aurora es un despliegue de luces de colores en el cielo nocturno, como un espectáculo de láser natural.
¿Por qué son tan inusuales?
Hasta hace poco no se conocía la naturaleza de las auroras boreales. Su existencia depende directamente de eventos astronómicos mayores, en concreto, las tormentas y las erupciones solares.
Cuando ocurre una erupción solar se liberan partículas cargadas eléctricamente que penetran en el campo magnético de la Tierra y colisionan con los átomos y las moléculas de nuestra atmósfera. Esta colisión produce fotones que forman la aurora.
En función de los elementos que participen en la colisión, las auroras tienen diferentes tonos: el oxígeno produce auroras rojas y verdes, mientras que el hidrógeno produce auroras rosas y púrpuras. El fenómeno suele ocurrir a una altitud de entre 65 y 650 km, en la parte del cielo que se conoce como óvalo auroral.
¿Por qué se producen en zonas concretas?
Los lugares más conocidos por sus auroras son, entre otros, Canadá, Dinamarca, Islandia o Noruega. Se producen en estas zonas porque las partículas desprendidas por el Sol son atraídas por los campos magnéticos de los polos.
Si quieres saber más sobre auroras boreales, no te pierdas este post