La voz es como una huella digital, tiene componentes armónicos, de tono o pausas. Te da una personalidad, un vínculo, un recuerdo único. La voz está recuperando protagonismo gracias al uso que hacemos de ella para comunicarnos con un asistente virtual o la Inteligencia Artificial. En un futuro no muy lejano, es probable que la IA aprenda ciertos matices y sea capaz de emocionar con su voz como lo hacemos los humanos.
Recientemente el auditorio de Distrito Telefónica contó con la presencia de Juliana Rueda, emprendedora y pionera del audiolibro en español, que a su vez ha sido protagonista del número #111 de la revista TELOS.
En esta sesión le acompañó Irene Gómez Luque, directora Global de Telefónica Aura, para hablar sobre la importancia de la voz en el procesamiento del lenguaje natural y la Inteligencia Artificial.
Juliana lleva más de quince años trabajando en el mundo del audiolibro o, dicho de otra forma, del libro narrado. Un mundo en constante crecimiento y en el que la voz es uno de los factores más relevantes. “Por el momento, la voz nos distingue como humanos”, dice Juliana. El secreto a la hora de leer un libro al oyente es narrarlo desde la emoción. Es aquí cuando empieza el proceso de inmersión en un audiolibro. “La voz siendo algo tan antiguo se ha vuelto muy moderno de repente. Esto es porque se le ha dado espacios que antes no tenía como el entretenimiento”, afirma.
Por otro lado, el ritmo, las pausas, la falta de respiración de una máquina leyendo hace que no se desarrolle bien la historia ni el espectador siga bien la historia. Es necesario un componente emocional. Por lo que dependiendo del producto que se desarrolla, la máquina funciona mejor o no.
“La voz humana ahora mismo te da una personalidad, un vínculo y un nombre. Aporta un viaje emocional a nivel de entretenimiento. Hoy en día una máquina sirve para un consumo inmediato de noticias o servicios”, comentó Juliana.
A diferencia del tiempo que la gente dedica a escuchar audiolibros, el usuario que consume el asistente virtual Aura, disponible en 8 países, habla pocos segundos y busca respuestas inmediatas.
“No queremos que el usuario dedique una hora de su tiempo a hablar con Aura, sino facilitarle la relación digital con Telefónica de una forma rápida y sencilla. Aura habla con voz artificial y se adapta a las particularidades, acentos y expresiones de cada país”, remarcó Irene.
Juliana aseveró que, poco a poco, se están empezado a hacer pruebas con voces artificiales en los audiolibros y que, en un futuro no muy lejano, es probable que la IA aprenda ciertos matices y sea capaz de emocionar con su voz como lo hacemos los humanos.
Otro hándicap de la voz artificial para la industria del audiolibro son los costes. Aún es necesario hacer muchos retoques de edición, y eso hace que encarezca el proceso. Esto hace que una voz de un actor humana y otra artificial tienen hoy en día los mismos costes, y al final el cliente siempre prefiere una voz humana para escuchar un audiolibro, que es la que de momento nos emociona.
¿Qué nos deparará el futuro en el ámbito de la voz? No sabemos cuándo llegará, pero sí que queremos disfrutar de la oportunidad de construir un futuro en el que las máquinas hablen y nos hagan sentir como lo hace la voz humana.