Refugios de poliéster, vehículos inactivos y rehabilitados o construcciones de bambú. ¿Qué pueden tener en común? Conoce algunas de las propuestas sociales más innovadoras para las personas sin hogar.
Tener un techo donde dormir y donde refugiarnos del frío es una realidad que asumimos como cotidiana, como algo que nos pertenece por el mero hecho de existir. Así lo corrobora la Declaración de Derechos Humanos de la ONU (artículo 25) y casi cualquier constitución nacional, como por ejemplo la española. Pero, aunque nos resulte una cuestión básica, de sentido común y de humanidad, no todas las personas tienen esta suerte.
A continuación, te contamos tres proyectos para lograr que nadie duerma en la calle.
Hawai es sinónimo de aguas cristalinas y turismo paradisiaco. Sin embargo, como dice el refranero español, “en todas partes cuecen habas” y la isla estadounidense no es una excepción.
Autobuses viejos remodelados en Hawai
A pesar de contar con unas estampas y paisajes de ensueño, estudios recientes cifran en unas 7.000 las personas que viven en sus calles. Una cantidad muy alta para el tamaño que tiene y su número de habitantes, sin duda.
Pero el problema no tiene su causa ahora… En palabras de Kimo Carvalho, director de comunicaciones del Institute for Human Services (IHS), que estudia el tema, es una situación que se lleva produciendo desde hace al menos 25 años y tiene diversas razones. Entre ellas, el alto precio de la vivienda, los bajos salarios o la formación obsoleta de los trabajadores más veteranos.
Afortunadamente, esta agencia, dedicada exclusivamente a los “sin techo”, junto a otros colectivos y ciudadanos anónimos, tratan de cambiarlo. Lo han intentado, por ejemplo, con construcciones de paja, llamadas “hale”, que no han terminado de cuajar.
El proyecto que sí cuajó es el que iniciaron hace un par de años Ma Ry Kim y Jun Yang: utilizar 70 autobuses viejos e inactivos para remodelarlos y convertirlos en hogares para indigentes. La idea es que grupos de voluntarios vacíen los vehículos y los renueven con material donado.
Algunos serían usados como vivienda, mientras que otros como espacios de ducha y otros tantos como zonas recreativas.
Viviendas de bambú para que nadie duerma en la calle
De la idílica isla del Pacífico nos trasladamos al país más poblado del mundo: a China, y concretamente a Hong Kong. Allí, un grupo de arquitectos, Affect-T, ha diseñado unas micro-viviendas para refugiados y víctimas de desastres naturales.
Son unidades de 3 metros de ancho, 2.5 de largo y casi 4 metros de alto. Están ideadas para una sola persona o para una pareja y tienen varios pisos.
Asimismo, están fabricadas en bambú, un material que es extremedamente resistente, sostenible y eficaz, puesto que crece rápido. En este otro artículo ahondamos en todas las propiedades que tiene y que explica por qué cada vez más países apuestan por su utilización.
Sin embargo, el gran actractivo de estas casas no es su tamaño, su distribución o su composición, sino su facilidad de transporte. De hecho, ha gustado tanto la idea que ya se plantea comercializarlo fuera de Hong Kong. ¿Será esta la iniciativa definitiva para acabar con esta situación?
Quizá sí, pero el planteamiento original de la firma arquitectónica no es ubicar las unidades en mitad de la calle, sino en espacios industriales.
Refugios de poliéster para que nadie duerma en la calle
Y de unos autobuses reacondicionados y de unas miniviviendas portátiles de bambú, nos encontramos con el tercero de los inventos innovadores y curiosos para que nadie duerma en la calle.
Se llaman WheeILY y está realizada por ZoLoft, aunque todavía no se ha materializado más allá del proceso experimental.
Los WheeILY consisten en una rueda de aluminio, pero una rueda con sorpresa. Dentro contienen una bolsa de tela desplegable que se extiende hasta tres por dos metros cuadrados.
Por su parte, los lados están compuestos de neopreno para proporcionar calor al expandirlo.
Está bien pensado, ¿verdad? Ocupa poco al recogerse, pesa relativamente poco, es transportable, calienta y combate el frío…
No sabemos si alguno de estos proyectos o ideas verán la luz de forma masiva. Es poco probable, a decir verdad. Pero la historia de la humanidad está repleta de inventos que se sirvieron de otros anteriores para perfeccionarlos. Por lo que quizá las soluciones que se adapten en un futuro se basen en ellas.
Ilustración de la cabecera: Mónica La Mola.