Conocemos un interesante trabajo artístico que también tiene su función social: concienciarnos sobre la comida. Hablamos con su fundador sobre sus objetivos, sus inicios y su evolución.
A estas alturas de la película, todos somos conscientes de que ingerimos demasiado azúcar. Nos gusta y por eso lo consumimos; pero también lo hacemos sin darnos cuenta: la inmensa mayoría de los alimentos procesados lleva una buena carga.
¿Por qué? La explicación no es simple, de hecho, no hay una sola respuesta. Podemos apuntar, primero, a que resulta barato; si fuera caro, probablemente, la industria alimenticia no lo añadiría con tanto entusiasmo. Pero, ¿de qué sirve que sea barato si no convence a los consumidores?
La cuestión, por supuesto, es que sí convence, y mucho. Puede decirse, sin exagerar, que somos adictos al azúcar y que necesitamos que los productos sean muy dulces para ser más agradables al paladar. “Muchas personas tienen ya el umbral del dulzor alterado”, explica Antonio Rodríguez Estrada a Blogthinkbig.com.
Él es el creador y director del proyecto sinazucar.org, que precisamente pretende visibilizar cuánto azúcar tienen los alimentos que consumimos. Lo hace de la forma más gráfica posible: mediante fotografías, muy simples, en las que muestra un producto al lado de su peso de azúcar, representado en terrones. El resultado es muy directo, muy fácil de entender con un solo golpe de vista.
Si decimos, por ejemplo, que una Coca Cola tiene unos 37 gramos de azúcar por cada 100, la cantidad parece elevada, pero ¿lo es? Las cifras no nos dicen mucho; son difíciles de entender. En cambio, si observamos la Coca Cola con su equivalencia en terrones de azúcar, la comprensión es mucho más clara.
¿Cuánto azúcar tienen los alimentos y productos cotidianos?
O ¿qué hay de los helados, por ejemplo, que ahora en verano apetecen tanto? Un Magnum Doble chocolate contiene unos seis terrones de azúcar, unos 23 gramos por cada 100, mientras que una tarrina pequeña de Ben&Jerry’s Chocolate fudge brownie, 30 gramos, unos siete terrones y medio.
No obstante, desde sinazucar.org no solo incluyen productos claramente azucarados, como las chocolatinas, los refrescos o las galletas. En el amplísimo catálogo que han analizado y que comparten en redes sociales, como Facebook, Instagram o Twitter, y que van ampliando por iniciativa o petición de terceros, también informan del alto contenido en productos menos sospechosos, como el tomate frito, los zumos de frutas o los yogures para beber.
Antonio nos cuenta que hace algo más de tres años, un nutricionista le recomendó disminuir su consumo de azúcar para mejorar su rendimiento deportivo. Entonces, empezó a fijarse en las etiquetas de los productos comerciales y se percató que incluso aquellos productos que él consideraba saludables contenían una gran cantidad de azúcar. Además, pocas personas, muy pocas realmente, eran conscientes de ello.
No lo dudó y comenzó a compartir este descubrimiento con el resto del mundo, utilizando su experiencia como fotógrafo. Muy pronto, sus impactantes imágenes se volvieron virales y una gran cantidad de medios de comunicación se interesaron por su proyecto, aumentando su notoriedad. Tal ha sido su éxito en estos tres años que más de 10 millones de personas han visto sus fotografías y su libro, con el mismo nombre que su página, sinazucar.org, se ha convertido en uno de los más vendidos online de los últimos tiempos, llegando al número uno en enero de 2019.
No obstante, como él mismo indica en Twitter, no se trata de que cunda el pánico: el azúcar no es veneno. Lo que pasa es que lo tomamos en exceso y eso sí es perjudicial para la salud. Hay un montón de enfermedades y daños asociados: desde caries a sobrepeso, obesidad y un mayor riesgo de sufrir diabetes de tipo II y algunas enfermedades cardiovasculares. Por descontado, un consumo más equilibrado y consciente mejorará tu salud.
¿La clave? Según sostiene, “el mayor esfuerzo para su reducción comienza en el supermercado. Si tienes en casa un producto insano, tarde o temprano, lo comerás; si no lo compras, no te lo comes”.
Ilustración de la cabecera: Mónica La Mola. Imágenes: sinazucar.org.