Desarrollo de coches autónomos

En Princeton han creado un radar que detecta objetos a la vuelta de la esquina

En la Universidad de Princeton han creado un radar basado en IA capaz de detectar objetos detrás de las esquinas.

El radar es una tecnología cuyos orígenes y primeros usos se remontan a los conflictos bélicos mundiales. A partir de ahí ha tenido múltiples aplicaciones y una evolución técnica, sobre todo destinada a incrementar la potencia de la señal. El trabajo que ha llevado a cabo un equipo de científicos de Princeton ha transformado, sin embargo, esta tecnología. El resultado ha sido un radar basado en IA para detectar objetos a la vuelta de la esquina.

Puede parecer algo trivial pero se trata de un logro técnico importante. Y en cuanto a sus aplicaciones, los investigadores advierten que podría tener un uso intensivo en la automoción. Los científicos han tomado las señales del radar que normalmente se consideran ruido. Estos datos, que habitualmente se descartan, contienen también información, aunque su imprecisión no los hace merecedores de atención.

Sin embargo, en Princeton se han centrado en la información que contiene este ruido. Mediante una serie de análisis han podido deducir qué pistas contienen estas señales. Y todo esto lo han introducido en un algoritmo, que se ha entrenado con una escasa base de datos.

De esta forma han creado un radar basado en IA que puede adivinar objetos invisibles para la cámara. Peatones o bicicletas que aparecen súbitamente ante el conductor pueden detectarse con antelación.

El dispositivo envía una señal con un determinado ángulo, con el fin de que rebote como lo haría una bola de billar. Así, cuando un peatón aún no ha aparecido detrás de la esquina de un edificio, el radar basado en IA ya advierte su presencia.

Coches autónomos

Una herramienta útil para los coches autónomos

El principal campo de aplicación que divisan los científicos es la automoción. Afirman, de hecho, que su invención podría estar disponible en la próxima generación de vehículos si así se quisiera. Y es que el sistema tiene algunas ventajas a nivel industrial. Se basa en una tecnología muy conocida y muy trabajada, el radar. Por tanto no es caro. A esto se suma que su producción es fácilmente escalable por el mismo motivo.

Si bien los investigadores también van más allá. En lugar de mirar solo a la automoción hablan del futuro de esta. Un sistema de este tipo sería realmente útil para los coches autónomos. Evitaría potenciales problemas graves y muchos sustos, en caso de que un peatón se cruce de improviso.

Existe todo un conjunto de nuevos sensores destinados a facilitar la conducción autónoma y potenciar el coche conectado. Es posible que este trabajo de Princeton se sume a ellos. Aunque siempre será necesario el concurso de las tecnologías de software, más allá de los sensores, como actores clave en el coche autónomo.

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