A Tesla le llega nueva competencia. El primer coche eléctrico de Cadillac, el Lyriq, está desarrollado y listo para saltar al mercado, aunque tardaremos en verlo circular.
De una compañía tan clásica, de un lujo tan elegantemente tradicional, con una imagen de marca tan asociada a los modelos de grandes capós de los años 60, sorprende su introducción en el coche eléctrico. No queda otra. Todos los fabricantes abrazan poco a poco el nuevo motor. Hasta los más icónicos de esa época en la que el automóvil estaba en la cumbre como símbolo de poder social. De ahí que la compañía tenga preparado ya su Lyriq.
El primer coche eléctrico de Cadillac será un SUV, tan de moda en estos tiempos. Por tanto, competirá directamente con dos de los modelos de Tesla que tienen este formato, el Model Y y el Model X. La compañía, propiedad de General Motors, ha creado un vehículo de gran potencial. Su autonomía alcanza los 480 kilómetros y la batería tiene algunas innovaciones dignas de la alta gama.
El Lyriq se beneficiará de la tecnología de baterías de General Motors, Ultium. Esto quiere decir que el vehículo tendrá carga rápida y usará una batería compuesta con menos cantidad de cobalto, lo cual favorece al medio ambiente.
Todo está a punto, pero el Lyriq no debutará pronto. Debido a la crisis de la pandemia, General Motors no lanzará el modelo eléctrico de Cadillac hasta 2022. Al menos este será el año en que está previsto que comience su producción. No es poco el retraso, pues se esperaba que el vehículo saliera de fábrica el pasado mes de abril.
Funciones de coche autónomo
El impulso de General Motors a los vehículos eléctricos ha quedado patente. Con su Chevy Bolt fueron de los primeros en empujar el mercado en Estados Unidos y tienen un calendario ambicioso de lanzamientos. Pero otra de las vías de innovación del grupo es la conducción autónoma. Y el Cadillac Lyriq también será heredero de estos esfuerzos.
El modelo eléctrico de Cadillac contará con Super Cruise, el sistema asistente a la conducción, que permite despegar las manos del volante. Funciona en más de 322.000 kilómetros de autopistas en Norteamérica. Es una fórmula para introducir poco a poco la tecnología de coches autónomos. Así como para recoger datos sobre la precisión del sistema. En este terreno, General Motors también se enfrenta a la competencia de Tesla, que parece llevar camino ganado con su Autopilot.