Científicos japoneses han comenzado a probar en seres humanos un revolucionario medicamento que podría cambiar el curso de la odontología moderna: la regeneración de dientes perdidos. Este innovador fármaco, desarrollado en Japón y probado con éxito en animales, tiene el potencial de resolver uno de los problemas más comunes en la vejez y enfermedades bucales: la pérdida de dientes.
El estudio inicial, que se está llevando a cabo en el Hospital Universitario de Kioto y el Hospital Kitano de Osaka, podría abrir una nueva era en la medicina dental, eliminando la necesidad de implantes y dentaduras postizas.
El proyecto, que comenzó en 2005 bajo la dirección de Katsu Takahashi, jefe del departamento de odontología y cirugía oral del Hospital Kitano, está en una fase crucial. Takahashi y su equipo han iniciado ensayos clínicos en 30 personas de entre 30 y 64 años, quienes han perdido al menos un molar. Durante los próximos 11 meses, los participantes recibirán dosis del medicamento por vía intravenosa con el objetivo de comprobar si es posible estimular el crecimiento de nuevos dientes en humanos, tal como sucedió en los animales de laboratorio.
La idea de la regeneración de dientes perdidos es un sueño en la odontología: «Queremos ayudar a quienes sufren la pérdida o ausencia de dientes, ya sea por envejecimiento, accidentes o enfermedades», comentó Takahashi. Según él, si las pruebas en humanos confirman los resultados obtenidos en animales, el medicamento podría estar disponible para su uso general en 2030.
El sueño de la regeneración dental
El medicamento actúa inhibiendo la función de una proteína llamada USAG-1, que bloquea el crecimiento dental. En estudios previos realizados en animales, el bloqueo de esta proteína permitió el crecimiento de dientes nuevos. En un experimento realizado en 2021 con hurones, los animales desarrollaron un diente adicional en el frente de la boca, con una estructura similar a los dientes naturales. Estos resultados sugieren que el fármaco podría inducir la formación de un tercer juego de dientes, una capacidad que los humanos perdieron a lo largo de su evolución.
El éxito de estos estudios en animales ha generado grandes expectativas en la comunidad científica y odontológica. La posibilidad de evitar los dolorosos procedimientos de implantes y la incomodidad de las dentaduras postizas es algo que podría transformar la calidad de vida de millones de personas en todo el mundo. Si bien todavía hay muchas preguntas sin respuesta, los avances hasta el momento han sido prometedores.
Segunda fase de pruebas: niños con anodoncia
El siguiente paso para el equipo de Takahashi es ampliar las pruebas del medicamento a niños que padecen anodoncia, una condición genética que impide el desarrollo normal de los dientes. Esta enfermedad afecta aproximadamente al 1% de la población y puede generar dificultades para masticar, tragar y hablar desde una edad temprana.
El equipo de investigadores planea evaluar el impacto del fármaco en estos pacientes, con la esperanza de ofrecer una solución permanente a los problemas asociados con esta condición. «Queremos ver si este tratamiento puede ayudar a los niños a desarrollar una dentición completa y funcional», explicó Takahashi. Si tiene éxito, el medicamento podría cambiar la forma en que se trata esta enfermedad en el futuro.
Implicaciones futuras para la odontología
El desarrollo de este medicamento no solo tiene el potencial de revolucionar el tratamiento de la pérdida de dientes, sino que también plantea importantes preguntas sobre el futuro de la odontología. Antonio Montero Martínez, presidente del Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de la Primera Región, destacó que, aunque este avance es prometedor, debe tomarse con cautela. «Es necesario estudiar más a fondo si este medicamento podría generar efectos no deseados, como la formación descontrolada de dientes o incluso tumores», explicó Montero.
No obstante, si los ensayos en humanos son exitosos, este fármaco podría convertirse en una alternativa revolucionaria a los implantes dentales y las prótesis. Montero añadió que en España, según el ‘Atlas de salud bucodental en España 2022’, solo la mitad de la población visita al dentista al menos una vez al año, lo que indica una necesidad urgente de soluciones innovadoras para problemas dentales. De hecho, en personas mayores, el promedio de dientes ausentes es de 11, según una encuesta epidemiológica de 2020.
Con la esperanza de que este medicamento sea una realidad clínica en los próximos años, el equipo de Takahashi aspira a ofrecer una opción más efectiva y menos invasiva que los tratamientos actuales. Si el fármaco logra la regeneración de dientes perdidos de manera segura en humanos, podría convertirse en una opción viable junto a los implantes y las prótesis dentales. La regeneración dental ya no parece una fantasía inalcanzable, sino una posibilidad científica que podría estar al alcance de todos en la próxima década.
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