Las terapias asistidas con perros tienen el poder de cambiar vidas, aportando esperanza y bienestar a quienes más lo necesitan. Estas intervenciones aprovechan la increíble capacidad de los perros para crear vínculos con las personas, pero su éxito va mucho más allá de la interacción animal. Detrás de cada sesión están los profesionales, cuyo papel es fundamental para dirigir y potenciar esta conexión. En este contexto, la ONG Perros Azules, nuevos protagonistas de Mejor Conectados, una iniciativa de Telefónica, ha destacado por combinar la calidez del vínculo humano-animal con un enfoque profesional. En Perros Azules, los expertos son los verdaderos artífices de esas conexiones humanas que nacen durante las terapias.
El equipo de Perros Azules es único: está formado por perros y profesionales que los acompañan con dedicación. Aunque los perros son los que generan muchas de las emociones más visibles, el trabajo de los especialistas detrás de ellos es lo que da forma y sentido a estas intervenciones. Psicólogos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales y expertos en conducta animal colaboran estrechamente para diseñar sesiones adaptadas a cada persona. Cada perro tiene una misión específica, ya sea ayudar a niños en colegios —especialmente aquellos dentro del espectro autista— o acompañar a pacientes en entornos médicos, como oncología pediátrica, psiquiatría adolescente o cuidados paliativos.
Cada terapia tiene su objetivo
El impacto de las terapias no ocurre por casualidad. Los profesionales trabajan cuidadosamente para que cada actividad logre el efecto deseado, ya sea ayudar a un niño a comunicarse, motivar a un paciente a moverse o simplemente crear un espacio donde la persona se sienta segura y acompañada. Por ejemplo, cuando un perro interactúa de manera tranquila con un niño con autismo, el especialista ha trabajado previamente para que esa conexión sea posible. Luz Jaramillo, responsable de Perros Azules, lo resume bien: “Dejamos que los perros sean muy perros”. Su naturaleza relajada, leal y amigable ya tiene un efecto profundamente positivo en las personas.
Además de los usuarios, estas terapias tienen un impacto profundo en las familias y los profesionales de la salud que trabajan junto a los equipos de Perros Azules. Los perros y sus guías se convierten en aliados, en un apoyo que complementa los tratamientos y ayuda a construir relaciones de confianza entre pacientes, familias y equipos médicos. En cada sesión, más allá de los objetivos terapéuticos, se generan momentos significativos que refuerzan la esperanza y la conexión humana.
Perros Azules: trabajadores y compañeros
Lo que hace especial a Perros Azules es su capacidad para unir la profesionalidad con la cercanía. Los perros no solo son trabajadores incansables, sino también compañeros que, bajo la guía de sus expertos, ayudan a las personas a superar barreras emocionales y físicas. Gracias a este enfoque, Perros Azules demuestra cómo, con dedicación y empatía, las conexiones humanas pueden cambiar nuestra vida.