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Trionda y la tecnología detrás de los balones de los mundiales de fútbol

Queda menos para la mayor cita del fútbol y se va sintiendo, principalmente porque hace unas semanas presentaron a Trionda, el balón de la Copa Mundial de la FIFA 2026. Trionda aúna los colores de las naciones anfitrionas, azul, rojo y verde; y símbolos: la estrella de Estados Unidos, la hoja de arce de Canadá y el águila de México. Más allá de su estética, representa la unión de tres culturas distintas bajo un mismo objetivo: celebrar el deporte como fuerza global que conecta a personas, comunidades y países.

Uno de los aspectos más interesantes es la tecnología que presentan estos balones y desde la FIFA dicen haber incluido «innovaciones para mejorar el rendimiento» en Trionda. Las innovaciones se deben a la composición del balón, con cuatro paneles cosidos que logran una envoltura uniforme, y al equipamiento tecnológico, que es lo que desmigajaremos más abajo.

Los balones techie

Antes de desengranar a Trionda, ¿cuándo empezaron los balones a incluir tecnología, más allá de mejoras en su estructura y materiales?

El primer mundial fue en Uruguay en 1930, con su balón denominado T- Model, pero la llegada de la tecnología más puntera no llegaría hasta el 2018, en el Mundial de Rusia con su pelota Telstar 18. Cabe mencionar como curiosidad que el balón Telstar de 1970 (el primero de Adidas) lleva ese nombre por el satélite homónimo, que fue el primero en retransmitir eventos en vivo a nivel mundial.

El Telstar 18 encarnó el futuro y el pasado porque presentaba un diseño que homenajeaba al Telstar del 70 y a la vez incorporaba un chip NFC integrado que permitía a los aficionados interactuar con el balón a través de sus móviles. Cuatro años más tarde, en el Mundial de Qatar de 2022, en la cacha se patearía Al Rihla, una pelota que incorporó la tecnología Connected Ball.

Trionda y el Connected Ball

Trionda está equipado con la tecnología Connected Ball como su predecesor Al Rihla. Se trata de un sistema integral que permite registrar con precisión los movimientos del balón a través de un chip, que está conectado al sistema VAR (Video Assistant Referee).

Este chip es un sensor IMU (Unidad de Medición Inercial) de movimiento de 500 Hz y la novedad que presenta Trionda es la ubicación de este sensor. Se encuentra dentro de una capa especial en uno de los cuatro paneles en lugar de estar suspendido en el centro de la pelota; una modificación que mejorará la estabilidad, según informa la FIFA.

Con la tecnología Connected Ball se consigue enviar datos precisos al sistema VAR en tiempo real. Estos datos se combinan con la información de las posiciones de los jugadores y se aplica inteligencia artificial para facilitar la toma de decisiones a los árbitros, por ejemplo en los fuera de juego y las manos dentro del área- de todos modos, por mucha tecnología que haya, los más seguro es sigan los pitidos al árbitro -.

Entre la precisión y la magia del juego

La tecnología en las competencias deportivas de alto nivel lleva unos años en un claro auge: desde el sistema VAR del fútbol a protectores bucales que previenen conmociones cerebrales en el rugby.

Ahora bien, es cierto que la presencia de tecnología cada vez más puntera y precisa puede opacar esa impredictibilidad mágica del fútbol, y del deporte en general. Sin embargo, a pesar de ello, el fervor que levanta el Mundial sigue intacto y no la afición a cualquier disciplina tampoco.

Imagen de cabecera: FIFA


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