De nuevos componentes electrónicos a sorprendentes usos en biomedicina, el grafeno está llamado a protagonizar la revolución tecnológica del siglo XXI. ¿Pasará esta gran promesa innovadora a ser una realidad en los próximos años?
El grafeno se ha convertido en el material del futuro, protagonista indiscutible de la revolución tecnológica de los próximos años. Y es que como os contábamos en un artículo anterior en Think Big, el grafeno está llamado a convertirse en el punto de inflexión de la electrónica y a sorprendernos con otras aplicaciones útiles y novedosas, tales como la fabricación de tejidos o la filtración de agua del mar.
La apuesta por la innovación a través de este «material milagroso», como lo han calificado algunos medios, no es en balde. Y es que el grafeno, merecedor del Premio Nobel de Física de 2010, es más que una mera promesa. La propia Comisión Europea ha invertido más de mil millones de euros en proyectos de investigación relacionados con el «material del futuro». Sin duda, el grafeno ha llegado para quedarse.
Las características del grafeno que lo convierten en único
Si repasamos las bondades del grafeno, nos daremos cuenta de que son sus peculiaridades las que lo harán protagonizar de manera indiscutible la revolución tecnológica de los próximos años. En primer lugar, el grafeno es 200 veces más fuerte que el acero, y además, su grosor es sorprendentemente fino.
Su versatilidad también es en verdad interesante, como lo demuestra la imagen inferior, en la que se usaba grafeno para producir biocombustibles más eficientes. Pero quizás su cuarta característica más importante sea su alta conductividad eléctrica y térmica, tanto que este innovador material es considerado como la silicio 2.0.
No es sólo que el grafeno tenga una composición única e incomparable: es que además permite a otros materiales presentar características interesantes. Y es que científicos del Korean Advanced Institute of Science and Technology consiguieron hacer que otros metales fueran 200 veces más fuertes gracias a su asociación con el grafeno.
Sin embargo, el que está considerado como gran protagonista en la ciencia de materiales del siglo XXI, ha de superar todavía algunos retos. El principal quizás sea el económico, ya que la producción de grafeno aún sigue siendo muy cara. Abaratar los costes de fabricación es uno de los desafíos que afrontaron científicos españoles al patentar un grafeno low-cost, como os contamos hace unas semanas.
Por último, el grafeno ha de demostrar que es un material inocuo y no perjudicial para la salud. Y es que investigadores de la Brown University confirmaron que podría causar problemas en cultivos celulares. Aunque estos daños aún no han sido demostrados en organismos superiores, lo cierto es que para que el grafeno protagonice de verdad la revolución tecnológica de este siglo, ha de superar todas estas dudas iniciales.
De hacerlo, el grafeno pasaría a ser el material de moda a formar parte de nuestra vida diaria en múltiples aplicaciones. La investigación y la innovación tecnológica están a la espera, para que en los próximos años se comience a hablar del «siglo del grafeno».
Imágenes | Hinkle Group (Flickr), PNNL (Flickr)