Ya han tenido lugar vuelos de prueba autopilotados con aviones preparados para transportar pasajeros.
La aparición de vehículos autónomos, tales como los coches autopilotados o los drones, evidencian el progreso y la proliferación de una tecnología que permite dirigirse por sí misma, sin la intervención humana o con muy escasas dosis de ésta. Hasta qué punto puede llegar esta tendencia es un límite incierto, que sin duda se irá replanteando a medida que el tiempo avance. Pero, ¿podrían existir aviones comerciales sin piloto? Los avances técnicos en la industria aeronáutica, los sensores y la robótica apuntan con decisión hacia esta posibilidad.
Tras la construcción de coches autónomos y la materialización de los drones, trasladar este mismo esquema a los aviones parece un paso natural. De hecho, los drones pasan por ser aparatos voladores no tripulados, si bien mucho más ligeros y sin las necesidades de un avión comercial. La proeza no está tan lejos como se podría pensar, pues ya se han hecho pruebas en las que el vuelo se controlaba desde tierra, en vez de desde la cabina de mandos.
La compañía BAE Systems, especializada en aeronáutica militar y comercial, ha llevado a cabo varios vuelos experimentales con un jet de 16 pasajeros. Ninguno de los asientos estaba ocupado, eso sí, ni tampoco la silla del piloto. Éste cambia las alturas por pantallas y controles en tierra, desde donde dirige el rumbo del avión. Sólo hay dos maniobras que se controlan desde el aire, las más complicadas: el despegue y el aterrizaje.
Dos pilotos toman el control de la nave cuando el jet levanta el vuelo y cuando toma tierra, pero no intervienen durante el resto del vuelo. En este espacio de tiempo se confía en la robótica y los sensores para informar al piloto de tierra o automatizar ciertas tareas. De esta manera se pueden identificar y evitar posibles eventualidades.
Los vuelos experimentales de BAE Systems pertenecen al programa ASTREA, que se sirve de tecnología empleada en drones, desarrollada a lo largo de los últimos seis años, para propiciar el pilotaje autónomo de los aviones. “Volar un vehículo autopilotado no es tan divertido como volar un avión normal. Sin embargo, tiene muchos retos iguales y es necesario contar con los mismos conocimientos”, explica Bob Fraser, un piloto con 37 años de experiencia que guía al jet desde tierra.
Las pruebas se realizan sin pasajeros, pero se utilizan las rutas aéreas convencionales. Desde la compañía promotora del programa aseguran que al final de esta década ya se podrán ver aviones comerciales sin piloto. En un principio se tratará de transporte de mercancías, pero se pretende que este tipo de vuelos también lleven pasajeros.
Aviones comerciales sin piloto: se necesita algo más que tecnología
El establecimiento de aviones comerciales sin piloto no tiene que ver sólo con la tecnología. Hay otras cuestiones fundamentales que afrontar, como el impacto social que pueden tener este tipo de vuelos o la legalidad. Será necesario crear un nuevo marco legal que los diferencie de los convencionales, mientras que habrá que mitigar la pérdida de puestos de trabajo derivada de la llegada de la automatización a cualquier empleo.
Hay quien propone que los aviones comerciales sin piloto podrían operar en un espacio aéreo diferente. El analista experto en aeronáutica David Learmount opina que en todo caso el camino se dirige hacia los vuelos autónomos. Según su experiencia, las compañías aéreas tratan de automatizar lo más posible las funciones de los pilotos y esta mejora de los sistemas es la que ha producido una reducción de los accidentes de los últimos años.
El equipamiento de los aviones ya incorpora tecnología que podrí ayudar a construir sistemas de pilotaje automático. La arriesgada visión del reputado Learmount para el año 2030 es una cabina de mando en tierra con 10 pilotos que controlan toda una flota de aviones, asistidos por un puñado de ingenieros. En el caso de que haya una incidencia con alguna nave, salta la alarma y todos sus sistemas de vuelos y su información aparecen en la interfaz, listos para que uno de los pilotos de tierra tome el mando.
Imágenes: Alfredo Neto y Storm Crypt