Los cultivos modificados genéticamente son vistos como una de las aplicaciones más interesantes de la biotecnología para el futuro. ¿Cuáles son las aplicaciones y razones que se esconden tras los polémicos transgénicos?
La biotecnología es una de las disciplinas científicas más prometedoras para este siglo. Considerada por la propia Unión Europea como una de las «tecnologías clave»para garantizar el desarrollo socioeconómico en la próxima década, sus aplicaciones no tienen límites.
Especialmente famosas son aquellas relacionadas con la alimentación, donde la innovación tecnológica se alía con la ciencia para así mejorar la producción de cultivos modificados genéticamente, más conocidos popularmente como transgénicos. La obtención de este tipo de organismos no es inherente únicamente al sector de la agroalimentación. Y es que la biotecnología ya ha conseguido producir fármacos a partir de este tipo de plantas, como os contamos en Think Big.
¿Tienen sentido los cultivos modificados genéticamente?
Cuatro décadas después de que se publicara por primera vez la tecnología del ADN recombinante, que permite la realización de ensayos de modificación genética, lo cierto es que los transgénicos siguen levantando una gran polémica. ¿Tiene sentido apostar por los cultivos modificados genéticamente? ¿Cuáles son las razones para apoyar estas técnicas?
Hoy nos gustaría destacar buena parte de los motivos humanitarios que se esconden detrás de algunas de las grandes iniciativas de la biotecnología. Nos encontramos, sin duda, en un momento clave, donde el planeta Tierra puede sufrir unas situaciones devastadoras como consecuencia del cambio climático, provocado por el aumento de los gases de efecto invernadero.
Una de las posibles soluciones para el futuro pasa por sembrar cultivos modificados genéticamente, capaces de desarrollarse en un entorno donde las temperaturas hayan cambiado, pero también algunas características de los suelos, tales como la salinidad. Si bien es cierto que estos organismos no deben promoverse como la respuesta única frente al cambio climático, lo cierto es que podrían ser una ayuda importante para la humanidad.
Otro de los ejemplos donde los cultivos modificados genéticamente podrían aplicarse sería en el de la resistencia a plagas, como la que llevó la hambruna a Irlanda en el siglo XIX. Patatas resistentes a patógenos son estudiadas por científicos como Ewen Mullins, de la agencia irlandesa por el desarrollo agroalimentario (TEAGASC), que apuesta por esta tecnología como pieza clave de nuestro futuro.
A pesar de la polémica, lo cierto es que los cultivos modificados genéticamente son seguros, según los estudios científicos que llevan realizándose desde hace décadas. Y es que iniciativas como la del arroz dorado, que busca curar la ceguera en niños asiáticos, causada por el déficit en vitamina A, son respaldadas ahora por antiguos detractores históricos de los transgénicos, como el propio Mark Lynas.
Como vemos, los cultivos modificados genéticamente se posicionan con grandes aplicaciones que no deberíamos perder de vista en el futuro. Salud, alimentación o agricultura son tres de las áreas donde la biotecnología podría ser utilizada, para así mejorar nuestro desarrollo.
Imágenes | IRRI (Wikimedia), Ramón F. Velasquez (Wikimedia)