nueva generación wearable

Donde la tecnología y los tejidos confluyen: el auténtico wearable

El traje diseñado por el holandés Borre Akkersdijk combina los tejidos con la tecnología para crear el auténtico wearable

Ni smartwatch, ni pulseras inteligentes, ni siquiera gafas inteligentes. Para el diseñador de moda holandés Borre Akkersdijk la tecnología wearable es otra cosa. Estos dispositivos no pasan de ser complementos, a los que llama ‘carry-able technology’, pues lo que se puede vestir es la ropa. Atacando el concepto desde su significado preciso, el diseñador ha creado un traje que integra en el tejido sensores de WiFi, GPS, NFC o Bluetooth, lo que convierte a su portador en un punto de acceso a la web y una fuente de conectividad.

El diseñador holandés presentó su traje en el evento South by Southwest, que este año ha puesto uno de sus focos en la tecnología wearable, como muestra de lo que para él es el auténtico wearable. El objetivo sería, según Akkersdijk, la integración equilibrada entre ropa y hardware, algo no exento de dificultades, pero que se ha conseguido con el prototipo de traje.

Aparte de los gadgets como relojes o gafas inteligentes, las muestras de tecnología wearable que se han conocido hasta ahora consisten en prendas de vestir atravesadas por cableado, con sensores o botones a la vista. El concepto que propone Akkersdijk es lo contrario a estos experimentos. Se trata de que la ropa esconda cualquier rastro tecnológico y pase desapercibida.

autentico wearable
Hasta ahora la tecnología wearable no se ha preocupado en exceso por pasar desapercibida

En el caso del traje diseñado por Borre Akkersdijk se han incorporado los mencionados sensores de GPS, NFC, Bluetooth y WiFi, además de un sistema de reproducción de MP3. Pero a simple vista la prenda podría pasar por un modelo – algo estrambótico, eso sí – en el escaparate de cualquier tienda de ropa. Aún así, queda un largo camino para alcanzar el auténtico wearable. Por ejemplo, ¿cuál es la solución para el verano? El traje está hecho de varias capas de algodón y es lo suficientemente grueso como para que a nadie se le ocurra vestirlo cuando la temperatura ronde los 30 grados.

Y es que existen ciertas dificultades que todavía están pendientes. Ocultar las baterías, los microprocesadores y otros componentes se complica cada vez más a medida que el sistema que se quiere incorporar es más sofisticado. Para esconder la fealdad tecnológica se requieren capas de tejido, pero éste no debe impedir la conexión entre los diferentes puntos del sistema electrónico implantado.

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El traje esconde todo rastro tecnológico

La solución que ha desarrollado  Akkersdijk consiste en añadir al tejido hilos de un material conductor, como el cobre, pero sigue faltando optimizar el rendimiento de los circuitos integrados en este entorno. Cuando la integración entre tecnología y ropa sea plena se abrirán otras puertas para el diseño, pero en este caso se tratará de interfaces. Puede que en el futuro cruzarse las piernas signifique acceder a nuestro correo electrónico, mientras que rascarse un brazo podría servir para consultar los recordatorios del calendario.

Imágenes: Byborrejeanbaptisteparis

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