Las tecnologías wireless hace tiempo que son habituales entre nosotros, pero la carga de los dispositivos sin cable es aún muy reciente. Un nuevo sistema puede acercarnos a un definitivo futuro sin cables
La transmisión de energía eléctrica wireless está cada día más próxima. En los últimos años hemos visto cómo algunas empresas comercializado algunos productos que utilizaban estas tecnologías transparentes para ofrecer al consumidor una mejor usabilidad y eliminar, en la medida de lo posible, los cables de los que “malvivimos” rodeados. Sin embargo, la limitación técnica que obliga a tener el cargador a unos pocos centímetros del smartphone para una carga efectiva no ha ayudado a su popularización.
En la actualidad, entre las posibles opciones para cargar sin cables nuestros smartphones y gadgets suele ser, debido a sus características, la de acoplamiento de inducción resonante o electrodinámico.
En 2007 el equipo liderado por Masrin Sljačić del MIT, basándose en los principios de esta tecnología, desarrolló su propio sistema. En las pruebas realizadas logró encender una bombilla de 60W a dos metros de distancia con una eficiencia del 40%. A esta nueva tecnología se la denominó: sistema de resonancia magnética acoplada (CMRS) o witricidad, que es como se patentó. El CMRS atrajo la atención de numerosos grupos investigadores, pero sus limitaciones técnicas han hecho que hasta la fecha no se haya comercializado ningún producto relevante basado en este sistema.
Para solucionar los inconvenientes técnicos de la witricidad, de dimensiones principalmente, el equipo del Profesor Chun T. Rim de la Universidad de KAIST, en Corea del Sur, presentó el pasado 16 de abril sistema de resonancia de bobina dipolo (Dipole Coil Resonant System – DCRS). De forma esquemática, este sistema se basa en dos bobinas magnéticas: la primera induce un campo magnético y la segunda bobina recibe la carga eléctrica.
A diferencia del CMRS, que hacía uso de largas y gruesas bobinas, este nuevo diseño se basa en núcleos compactos de ferrita con espirales en su centro. La corriente eléctrica de alta frecuencia de la primera espiral genera un campo eléctrico, mientras que el nexo de flujo magnético induce el voltaje en la segunda espiral.
En las pruebas realizadas que se pueden ver en el siguiente vídeo, el DCRS hizo funcionar un televisor LED y tres ventiladores de 40W a una distancia de 5 metros y situados en habitaciones separadas.
Con dimensiones más reducidas que el sistema CMRS y con capacidades de transmisión eléctricas superiores, el equipo surcoreano se muestra optimista en cuanto al futuro de esta tecnología. En palabras del Profesor Rim: “nuestra tecnología ha demostrado las posibilidades de un nuevo mecanismo de transmisión de energía que nunca se había probado a esta distancia”. El equipo considera que aunque el sistema está todavía lejos de los canales comerciales debido a los avances que han de seguir produciéndose, en un futuro se podrán ver espacios de carga en lugares públicos, zonas Wi-Power, similares a las zonas con Wi-Fi que nos podemos encontrar por todo el planeta.
Hasta que las baterías de nuestros dispositivos no dispongan de una nueva tecnología que les permita disfrutar de mayor autonomía, sólo tendremos dos alternativas: o vivir enganchados al cargador o soluciones similares a la que proponen desde Corea y que permitirá que nuestros smartphones se carguen automáticamente mientras se encuentren en el radio de acción de un punto Wi-Power.
Imagen phys