Es una tendencia al alza. Todavía no se ve de forma habitual en las tiendas pero cada vez hay más movimiento en torno a lo que se ha bautizado como tecnología wearable
¿De qué estamos hablando? De ropa que se fusiona con tecnología. En el fondo sabes lo que es, complementos como las Google Glass, los relojes inteligentes -smartwatches- o las pulseras de monitorización de la actividad física.
El pasado mes de mayo se celebró la primera feria española de las wearables y ya contamos con diseñadores trabajando en este nuevo campo que ha abierto la tecnología.
Es el caso de Elena Corchero, una visionaria que en 2004 comenzó a trabajar en ropa wearable. En su haber, una completa colección de bisutería sensible a la luz fabricada con impresión en 3D para concienciar sobre el calentamiento global, una chaqueta capaz de hacer patente la felicidad que sentimos al comer chocolate o una divertida serie de bufandas reflectantes.
Telefónica se ha subido al carro de esta nueva tendencia y anunció recientemente un acuerdo con Sony, LG y Samsung para llevar TU GO (servicio que permite recibir llamadas y mensajes a través de WiFi) a accesorios y relojes inteligentes. Y esto es sólo el principio, porque la compañía ha indicado que su intención es desarrollar nuevas aplicaciones y servicios asociados para los dispositivos de estos fabricantes.
Tambien es interesante la propuesta de los científicos del Instituto Politécnico de Virginia, que han desarrollado unos pantalones inteligentes que funcionan gracias a un telar que cose los cables y la tela juntos. Los sensores que se incrustan en la tela miden la velocidad, la rotación y la flexibilidad de la prenda una vez que se la haya puesto el usuario. Aunque no se sabe todavía para qué resultaría útil esta actividad monitorizada en un ordenador, seguro que se presentarán ideas al respecto.
Sí tiene una aplicación definida, y muy interesante, el sujetador lanzado por Numetrex, que detecta las pulsaciones y el ritmo cardiaco y los manda a un reloj de muñeca, con lo que sabremos en todo momento el latido de nuestro corazón.
La tecnología está insertándose en diferentes sectores, como la automoción, transportes, logística, alimentación… Aunque no mucha gente pensaba hace unos años que llegaría al sector de la ropa. Sin embargo, ahora son muchas las voces que se alzan afirmando que el futuro pasa por este nuevo concepto de prendas conectadas.
El teléfono móvil está dejando al fijo en segundo plano, el eBook cada vez es más utilizado en detrimento de los libros físicos e Internet y las tarjetas de crédito le roban peso a los billetes y monedas, ¿sucederá lo mismo con la ropa tecnológica respecto a la analógica?
