El benchmarketing consiste en comparar tu negocio con las mejores empresas del sector con el fin de aprender de ellas
Una de las preocupaciones más acuciantes al empezar un negocio es saber realmente cómo está yendo. Hay muchas formas de estimar cuál está siendo el rumbo y qué perspectivas de éxito tiene. El objetivo de todas estas técnicas es determinar los puntos fuertes y los puntos débiles, así como los aspectos en los que se debe hacer hincapié para mejorar. Uno de los métodos que han tomado fuerza en los últimos años es el benchmarketing, que consiste en comparar tu negocio con las marcas líderes del mercado.
No hace falta aclarar la procedencia anglosajona del término benchmarketing ni tampoco del benchmarking, pero sí es necesario decir que el primero procede del segundo. El benchmarking se empezó a poner en práctica en la década de los 90. La ferocidad de la competencia obligó a las empresas a buscar nuevas formas de prosperar y de mantenerse en la brecha. En este caso se comparaba el rendimiento, las prácticas o los productos de una empresa con los equivalentes líderes del sector.
Por extensión, el benchmarketing se refiere también a la comparación de los servicios propios con los de las compañías más destacadas en un determinado ámbito, pero esta técnica se circunscribe al plano comercial, las estrategias publicitarias, de marketing o de difusión de la marca. La idea es aprender de las prácticas de las mejores empresas, no de las que están a tu nivel o son competencia más directa, con el fin de mejorar los procesos.
Cómo hacer benchmarketing
Lo primero que hay que hacer, como en todo análisis de mercado, es delimitar las áreas de estudio, lo que puede incluir los casos de clientes cuidadosamente seleccionados y la identificación de factores de éxito y fracaso. Una vez acotado el campo de interés es necesario recopilar todo tipo de datos relevantes propios.
Ni qué decir tiene, hay que formar un equipo específico para llevar a cabo el benchmarketing, con los empleados más apropiados según las áreas de estudio. Si es necesario se puede pedir la colaboración de una empresa externa o dar formación a las personas que se vayan a encargar de la tarea.
El siguiente paso es escoger a las empresas con las que se va a comparar nuestro negocio. Como ya hemos dicho, tienen que ser líderes del sector en el que nos movemos. Para eso hay que determinar quiénes son estos líderes, no sólo lo pueden ser los que más facturen o más clientes tengan. Aquellas compañías que lleven a cabo procesos enriquecedores o cuyo crecimiento haya sido sustancial en los últimos años también son susceptibles de ser estudiadas.
A partir de aquí se recopila toda la información posible respecto a estas empresas y se organiza. Y es en este punto cuando ya se puede empezar a analizar. Los resultados obtenidos tienen que dar lugar a ideas de mejora y a un plan estratégico, que puede ir desde adelantar a la competencia, imitarla en sus prácticas o cambiar las reglas del mercado.
Imágenes: PublicDomainPictures y kevin dooley
