Pese al complicado ecosistema inversor que tienen las startups españolas, existen ciertos casos de éxito que permiten a otras startups mirar el futuro con optimismo. Para los que necesiten saber cuáles serán las próximas tendencias explicamos hacía dónde se dirige la innovación tecnológica
La economía española necesita hilar un tejido empresarial joven, dinámico y global. España precisa reinventarse, atraer talento, fomentar que ese talento piense, trabaje y cree riqueza y empleo; los indicadores de competitividad global aún colocan a nuestro país entre aquellos con mayores dificultades en el acceso a financiación para la innovación, en creación de nuevos productos o en desarrollo tecnológico. Por ello resulta muy relevante estudiar con cierto detalle estos indicadores. ¿Es España un país de startups? Y, mejor, ¿es España un país con un buen futuro para canalizar inversión en la creación de nuevas empresas, jóvenes, globales y con alta capacidad de tracción en innovación, empleo y competitividad? Responder a estas preguntas puede ser una tarea muy densa y profunda como para resolverlo en este artículo, pero al menos sí que podemos adelantar qué está pasando y describir algunas tendencias que parece que se están afianzando.
En este sentido, es más que recomendable la lectura de un trabajado e interesante informe elaborado por Alex Barrera: “The Spanish startup scene in 2014”. Este informe nos permite medir el pulso a la realidad del tejido empresarial joven, startup, en España, puesto que es una buena recopilación de las principales actuaciones que se han producido a lo largo del año 2014. La conclusión es clara: en el año 2014, la creación y consolidación de startups que han sido capaces de atraer inversión nacional e internacional fue mejor que en los últimos años. Y todo parece indicar que ésta será una tendencia que continuará siendo así para este año.
El año pasado se generaron importantes avances en cuanto a la canalización, tanto en número como en cantidad monetaria, de inversiones en startups en España. Además, volvimos a obtener podio a escala europea, puesto que una empresa española, Sctyl, se ha colocado como una de las operaciones más relevantes de todo el año 2014 en Europa.
Las mayores inversiones en Europa se han caracterizado por dos claros grupos de empresas que acapararon la mayoría de los recursos de los inversores: las empresas de servicio a domicilio de comida, por un lado, y empresas de comercio electrónico, por el otro. Esto puede parecer poco novedoso o de escaso grado de innovación, pero hay que recordar que en este tipo de informes, la clave está en el volumen. Sólo las empresas con cierto tamaño y capacidad de crecimiento son las que acaparan, en términos absolutos, las mayores aportaciones de inversores privados.
En España, aunque se han producido ejemplos de inversión en comercio electrónico (TiendAnimal) y comida a domicilio (La Nevera Roja), curiosamente hay una mayor variedad de sectores. Desde empresas que se dedican al acceso a Internet, intentando suplantar a las grandes telcos (Fon y Eurona), empresas de complejos servicios corporativos y gubernamentales (Sctyl, Redbooth, Kantox, CartoDb, Peertransfer), y hasta una muy rara avis en Europa, una empresa puramente de hardware (Bq).
La foto parece que nos aporta una situación donde en España estamos aún alejados del mundo puramente online orientado al consumo, y los inversores buscan en nuestras empresas modelos de negocio más orientados al mundo profesional.
Por otro lado, y ya entrando en lo que parece que veremos en los próximos meses, uno de los grandes de la inversión en startups, Andreessen Horowitz, acaba de publicar en su blog lo que él considera son las 16 tendencias tecnológicas más relevantes. Llama la atención que algunas nos pueden sonar como muy «clásicas»: realidad virtual, salud digital, marketplaces e incluso vídeos online. Podría ser que muchas de estas tendencias hayan pasado por el «valle de la desilusión» durante los últimos años, pero todo parece indicar que están a punto de entrar en la «cuesta de la ilustración», de camino a la «meseta de la productividad».
Así que si nos apoyamos en lo que dice Horowitz, más algo de nuestra cosecha, vamos a tratar anunciar cuáles creemos que pueden ser las tendencias tecnológicas que en el 2015 pueden dar a luz nuevas y potentes startups en España.
Auge del software B2B
Vamos a empezar por el software. Parece claro que ya hemos dejado atrás la época de las apps y de los juegos sociales. El puro software B2C está pasado de moda. En cambio, el software B2B no lo está. Muy al contrario. Ya hemos visto cómo en 2014 se hicieron importantes inversiones en este campo, y es fácil adivinar que seguirá siendo importante en 2015.
Las grandes tendencias en tecnologías que resuelvan el problema del big data, el cloud computing o los avances en Inteligencia Artificial van a estar detrás de muchas aplicaciones concretas que irán llegando con fuerza a las empresas, en muchos casos de manos de startups y no tanto de grandes corporaciones. Es llamativo e interesante que Horowitz hable en sus tendencias del «Full Stack Startup» porque no podemos estar más de acuerdo. Las startups más exitosas serán las que sean capaces de aportar una solución completa de principio a fin, frente a las que ofrezcan tan sólo una parte de la solución. Y esto normalmente no se hace copiando el modelo actual y replicándolo de principio a fin, sino que se consigue acortando, simplificando y, entonces, ofreciendo esa solución completa.
Dispositivos y software, cada vez más unidos
Siguiendo por el software, y poniendo el foco en el mundo B2C, parece cada vez más claro que el único camino está en la unión entre dispositivos y software. Parece imposible que veamos startups de éxito en el 2015 vendiendo exclusivamente software para el consumidor. Algunas de esas tendencias de las que hablábamos antes, realidad virtual, sanidad digital (en su vertiente B2C), necesitarán «soluciones completas», hardware + software, aunque aquí, cada vez más, veremos el intento de algunos fabricantes y desarrolladores de convertirse en plataformas abiertas, en estándares en definitiva, con el objetivo de abarcar a todo el resto de soluciones.
Esta conjunción entre dispositivos y software seguirá siendo muy relevante en 2015 en ese gran cajón de sastre que se llama el internet de las cosas y del profundo impacto que está teniendo en el mundo empresarial, y de momento, en algunos sectores muy concretos de la economía. Aunque, como usuarios, a veces tenemos la creencia de que el internet de las cosas implica que nuestro frigorífico se conecte a la Red, en realidad lo que está pasando es que nuestra plantación de maíz nos está diciendo cuándo necesita regarse o se le suministre un tratamiento específico. Y ello gracias a los sensores, implantados con fuerza en cada vez más y más lugares (pijamas, termostatos, aerogeneradores…) y que generan más y más datos, de los que habrá que aprender…después (el problema del big data está aquí para quedarse).
La ola ‘maker’ empieza a madurar
Lo cual nos conduce a lo que creemos puede ser una de las grandes tendencias y que estará aquí para quedarse un buena temporada. Esta tendencia es posible gracias a que los “makers” ya han cumplido la «mayoría de edad». Igual que la «mayoría de edad» de los programadores nos trajo la revolución en las apps, juegos y redes sociales, estamos a punto de vivir una verdadera revolución en dispositivos y, sobre todo, en robótica y electrónica, de la mano de esos aficionados (con grandes conocimiento técnicos) que harán de su afición empresas, y algunas de ellas muy grandes y rentables.
Quizá sea pronto para que en el 2015 veamos este tipo de empresas en el top de la financiación lograda por nuestras empresas, pero sin dudarlo llegará. Estamos inmersos en una nueva revolución industrial que nos traerán nuevas formas de fabricación y, con ellos nuevos mercados. España tiene una tradición industrial nada desdeñable, que tiene que conectarse con esta potencia en fabricación digital y todo lo que puede aportar el mundo “marker”. Empezamos a tener nuestro ecosistema “marker”, ahora falta regarlo, hacerlo crecer y lograr que rápidamente compita a escala global, porque está llegando y parece que a gran velocidad.