¿La primavera las alergias alteran? Ante los temidos síntomas, os explicamos por qué ocurren estas reacciones de nuestro organismo frente al polen, los alimentos o algunos medicamentos.
La primavera no sólo destaca por el buen tiempo y los paisajes floridos. Por desgracia para algunas personas, esta estación del año también trae consigo las molestas alergias, con síntomas tan conocidos como los estornudos, la tos, los ojos llorosos y los picores.
La aparición de estos trastornos suele relacionarse con la contaminación y los cambios en nuestros hábitos de vida. ¿Significa esto que las alergias son una enfermedad moderna? Ni mucho menos. El primer médico que acuñó este término fue el austriaco Von Pirquet en 1906.
Como explica el Dr. Roberto Pelta, el concepto servía para definir «un cambio experimentado por un organismo tras su contacto con un veneno orgánico, bien sea vivo o inanimado». Con la introducción del término en medicina, se abordaba un amplio espectro de trastornos que presentaban múltiples causas, ya que existen alergias a los medicamentos, al polen, a determinados alimentos o incluso a los temidos ácaros del polvo.
Las alergias son en realidad un mecanismo de respuesta de nuestro sistema inmunitario. Con el objetivo de defendernos ante el ataque de elementos extraños para el organismo, nuestro cuerpo cuenta con diversas alternativas.Si hablamos de una infección de bacterias o virus, por ejemplo, el sistema inmune debe reconocer a estos patógenos y organizar su particular ejército compuesto entre otros, de glóbulos blancos o anticuerpos.
En otras ocasiones, por desgracia, nuestro organismo despliega una respuesta defensiva superior a la necesaria. En medicina, se conoce como hipersensibilidad a la reacción de un individuo frente a una sustancia inocua. Y es que en el caso de los alimentos o el polen de las plantas, no existe ninguna razón por la que el cuerpo deba protegerse frente a ellos.
Según explican desde la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica, las alergias se producen por una reacción de hipersensibilidad inmediata. Ésta se lleva a cabo gracias a un tipo de anticuerpos llamados inmunoglobulinas E (IgE). Una vez que nuestro cuerpo se ha sensibilizado frente a un alérgeno, al volver a tener contacto con él se producirá la liberación de sustancias procedentes de células inflamatorias.
Estos mecanismos explican los síntomas que podemos padecer al entrar en contacto con alimentos determinados, medicamentos, polen o ácaros del polvo. Y es que las alergias ocurren ante la exposición de dichos alérgenos por diferentes vías, como la cutánea, la digestiva o la respiratoria.
A pesar de que las alergias no pueden considerarse como una enfermedad moderna, diversos expertos señalan que los cambios en nuestros hábitos de vida y el aumento de la contaminación han influido sobre la aparición de reacciones alérgicas. La Dra. Milagros Lázaro habla de una especie de ‘mundo burbuja’ en el que nuestro organismo muchas veces deja de estar expuesto a múltiples alérgenos. En caso de detectarlos, es cuando se desencadenan reacciones que dan lugar a las alergias.
También el aumento de la contaminación, entre otros factores ambientales, ha sido decisiva para incrementar el número de alergias respiratorias. Los últimos años, sin embargo, también han traído consigo una mayor conciencia social sobre estos trastornos médicos e importantes avances en la investigación para detectar y tratar antes estos problemas.
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