¿Dinosaurios viviendo entre humanos? Hasta ahora, solo la ficción había conseguido unir ambos mundos y parece que, en el futuro, seguirá siendo así. Pocos científicos han confiado alguna vez en la posibilidad de clonar dinosaurios y, ahora, un estudio realizado con fósiles encontrados en Nueva Zelanda parece arrojar un poco más de luz sobre la duración de la vida útil del ADN. Las conclusiones son duras para todos aquellos que soñaban con ver un Tyrannosaurus Rex vivo algún día.
El nuevo descubrimiento en el campo de la genética ha corrido a cargo de un grupo de investigadores de las universidades de Copenhague, en Dinamarca, y Perth, en Australia. El equipo ha dado con algunas respuestas después de analizar el ADN de los huesos de las patas de tres especies de pájaros gigantes, llamados moas, que vivían en la actual Nueva Zelanda. Estos huesos, con unas edades comprendidas entre los 600 y los 8.000 años, fueron recuperados de tres emplazamientos diferentes, que se encontraban a 5 kilómetros de distancia unos de otros, conservados en condiciones muy similares.
Comparando la edad de las distintas muestras y el nivel de degradación del ADN de cada una de ellas, los investigadores han calculado que, tras 521 años, solo se conserva el 50 por ciento del ADN en los fósiles. Es decir, que el material genético tiene una vida media de poco más de medio siglo. Si el fósil se conserva en un estado ideal (a una temperatura de -5ºC), el ADN podría aguantar hasta 6,8 millones de años.
Las dificultades para determinar el tiempo durante el cual el ADN mantiene sus propiedades radican en lo complicado que es encontrar un fósil que se conserve adecuadamente. El ADN tiene una estabilidad muy limitada y empieza a degradarse desde el momento en el que las células vivas mueren. Por eso, es necesario que se den unas condiciones muy especiales para que su conservación a lo largo del tiempo sea posible. En su proceso de degradación intervienen más factores, que van desde los microorganismos del lugar donde está enterrado en fósil hasta el agua subterránea de los alrededores.
El impacto humano
Entre los factores que afectan a la duración del ADN también influye la conservación de las muestras después de ser extraídas. Una correcta manipulación de los restos por parte de los científicos e investigadores es clave a la hora de mantener las propiedades intactas. Otras variables, como la química del suelo donde se han encontrado los restos o, incluso, la época del año en la que el animal murió, influyen también en la calidad de las muestras.
La información extraída de los huesos de los moas ha sido todo un hallazgo para la comunidad científica, que ha contado con muestras de calidad para llevar a cabo sus investigaciones.
Pero, ¿qué hay de los dinosaurios? Los reptiles gigantes se extinguieron hace unos 65 millones de años, por lo que, ahora sí, con rigor científico, parece que el sueño de muchos de ver clonado a uno de estos animales prehistóricos se desvanece, al ser extremadamente complicado encontrar ADN tan antiguo.
La ficción de Steven Spielberg
Recordaréis que en el año 1993, el director estadounidense Steven Spielberg sorprendió al mundo con una historia de ciencia ficción en la que un grupo de investigadores conseguían clonar dinosaurios. La forma que tenían de rescatar el ADN de estos animales prehistóricos era recurrir a insectos petrificados en ámbar. Desgraciadamente, esa forma de conservación está lejos de ser óptima para la empresa que se describía en la película, aunque los efectos especiales conseguían que una idea tan disparatada como esa pareciese realista.
Los resultados de los científicos de Australia y Dinamarca servirán de base a futuras investigaciones y, aunque sea imposible clonar dinosaurios, los avances en este campo todavía nos darán muchas sorpresas.
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