trasplante de cabeza

¿Será una realidad el primer trasplante de cabeza en 2017?

Sergio Canavero es un neurocirujano italiano que pretende realizar un trasplante de cabeza en 2017. ¿Se trata de una intervención realista o una mera operación de marketing?

Con un argumento cercano al guión de una película de ciencia ficción, el neurocirujano Sergio Canavero anunció hace unos meses que el primer trasplante de cabeza podría realizarse en 2017. ¿Gran avance de la investigación o mera estrategia de marketing? El debate está sobre la mesa, y hoy en Think Big analizamos si realmente es posible llevar a cabo esta operación quirúrgica a corto plazo y el debate ético que representaría.

De acuerdo a la Organización Nacional de Trasplantes, un trasplante consiste en la sustitución de «un órgano o tejido enfermo por otro que funcione adecuadamente». Este procedimiento médico está muy desarrollado en el caso del riñón, el hígado, el pulmón o el corazón, aunque la incertidumbre se cierne sobre la idea de Canavero. ¿Cómo pretende hacer el cirujano italiano el trasplante de cabeza en 2017?

La intervención, larga y peligrosa

Según Canavero, el primer paso será conservar la cabeza y el cuerpo de donante y receptor en condiciones hipotérmicas. Después los extremos de la médula espinal del donante y del receptor deberán «unirse» con una especie de pegamento químico llamado polietilenglicol. Tras estas importantes fases, los cirujanos deberían conectar los vasos sanguíneos y los músculos. Además, se usarían electrodos para estimular la médula espinal y favorecer la creación de nuevas conexiones nerviosas.

Aunque las etapas de la intervención quirúrgica se hayan simplificado mucho, a nadie se le escapa la dificultad de un procedimiento como este. Tras completar la operación, Canavero ha explicado que el paciente debería mantenerse en coma durante tres o cuatro semanas, con el objetivo de prevenir cualquier mínimo movimiento y que la operación pudiera ser un éxito.

¿Son realistas las predicciones de Sergio Canavero? De acuerdo a sus objetivos, el paciente podría caminar por sí solo en menos de un año, tras un intenso trabajo de fisioterapia después del trasplante de cabeza. Otros neurocirujanos, sin embargo, no creen que esta intervención pueda llevarse a cabo. Harry Goldsmith, profesor en la Universidad de California, explicó en la revista Smithsonian que hay «muchos inconvenientes respecto al procedimiento, como el mantenimiento de una persona en buen estado de salud durante tres o cuatro semanas en coma».

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Gran parte de las dudas sobre el primer trasplante de cabeza se centran en la conexión entre la médula espinal y el cerebro. Esta intervención, según muchos expertos, sería la más complicada de la operación y seguramente afectaría a las funciones motoras o a la sensibilidad de los pacientes. Los estudios realizados en modelos como perros y monos han mostrado que el trasplante de cabeza puede ser posible, pero que estos animales sufren complicaciones graves, como falta de autonomía para respirar o moverse, e incluso llegan a fallecer por este tipo de problemas.

Las dudas acerca de la intervención son múltiples, pero el debate ético sobre el trasplante de cabeza es todavía más intenso. ¿Qué ocurrirá al cambiar la cabeza y ponerla en otro cuerpo? ¿Cambiará su personalidad al encontrarse con otra complexión? En un momento en que todavía no conocemos del todo cómo funciona el cerebro, este interrogante se cierne sobre la operación proyectada por Canavero. Pero no es el único.

Otros expertos piensan que será más fácil hacer un trasplante de cabeza con un exoesqueleto que sobre otro cuerpo humano, por las implicaciones que la intervención de Canavero tendría sobre la identidad de la propia persona. Sea como fuere, quedan menos de dos años para comprobar si finalmente la operación es realizada o no. Las dudas sobre el trasplante de cabeza, tanto a nivel médico como bioético, se mantendrán hasta entonces.

Imágenes | CMSRC (Wikimedia), skeeze (Pixabay)

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