Todo lo bueno acaba. Nuestros Talentum dicen adiós a Silicon Valley. Para rematar este gran viaje, una yincana por el centro de San Francisco aprendiendo los valores e importancia del trabajo en equipo
Quien haya tenido la suerte de experimentar el sabor del emprendimiento, sabrá de lo que hablo. Sacar adelante un proyecto es una verdadera montaña rusa. Tan pronto los astros se alinean y te sientes la persona más afortunada del mundo, como una mala jugada te hace caer en una espiral de sentimientos encontrados.
En esos momentos, tanto en los buenos como en los malos, es cuando realmente se echa en falta tener un equipo todoterreno. Uno en el que puedas confiar, que esté ahí para celebrar los éxitos y que ponga su hombro para afrontar los momentos más bajos. De eso iba precisamente la última jornada de este viaje por Silicon Valley. De hacer piña y trabajar en equipo. De saber compaginar los conocimientos puramente profesionales con la actitud y aptitudes que nos permiten vivir en sociedad.
De nuevo en las oficinas de Spain Tech Center, la iniciativa pública conjunta de red.es, ICEX y Banco Santander para ayudar a las empresas españolas más prometedoras a lanzarse con éxito en Silicon Valley, participamos en la actividad que iba a ocuparnos buena parte del día.
Yincana por San Francisco
GoGame, una suerte de yincana, nos llevó en el último día de nuestro viaje a visitar de forma improvisada buena parte del centro de San Francisco. Divididos en tres grupos heterogéneos, el objetivo era el de superar una serie de quest que acabaran por posicionarnos como los primeros.
Una actividad en la que la creatividad, las dotes comunicativas y el trabajo en equipo dictaban el buen desempeño de la misma. Y en la que además, disfrutamos como niños.
A la vuelta, los organizadores del evento nos ofrecieron una comida tan entretenida como instructiva, con entrega de premios y un fuerte aplauso final para todos.
Porque aunque llevarse el primer premio siempre está bien (a fin de cuentas, a nadie le amarga un dulce), el disfrutar del camino en grupo, saber delegar, tener inciativa y ser capaz de afrontar positivamente cualquier inconveniente, es más importante y lo que creo, todos nos llevamos de esta experiencia.
Un viaje que difícilmente vamos a olvidar. Un soplo de realidad sobre este mercado que se hace llamar startupero. Un acercamiento a una cultura que aunque parezca cercana, tiene más de diferencias que de igualdades. Y un servidor que se vuelve de Silicon Valley con la mochila bien repleta de sensaciones únicas. Con ganas renovadas de «seguir molestando» con mis ideas. Y, sobre todo, con unos cuantos compañeros que han conseguido en apenas una semana ganarse su merecida porción de amistad.