Ya no escuchamos música como lo hacíamos antes. Tampoco leemos o vemos películas igual. Internet y los nuevos dispositivos están revolucionando el entretenimiento, ofreciendo nuevas maneras de pasar el tiempo libre, pero también transformando las que ya existían.
En la música, un indicativo claro es la evolución de los formatos. El CD o disco compacto, tan presente durante los noventa, ha cumplido 30 años. Y aunque tres décadas no son nada, lo cierto es que ha envejecido muy rápido. El relevo ha llegado pronto y ha traído un buen puñado de novedades digitales que lo han dejado casi obsoleto. Pero, ¿están influyendo las nuevas tecnologías también en otros aspectos?
Conciertos móviles
Los dispositivos han cambiado y, con ellos, el consumo de contenidos. El discman ha dado paso al iPod y al smartphone para escuchar discos. Pero no solo se ha abandonado el CD por el MP3, sino que, además, se han abierto otras posibilidades como los códigos QR, el sistema de almacenamiento de información en dos dimensiones que, al ser escaneado por un teléfono inteligente, recupera esos datos en el móvil.
¿Y cuál es su aplicación en el mundo de la música? Almacenar canciones o vídeos a los que llegar con solo situar el teléfono por encima. Un proyecto de estas características se ha visto Madrid durante el QR Music Festival. Se grabaron actuaciones de distintos grupos usando como escenarios improvisados varios comercios de la ciudad. Posteriormente, se incluyeron en códigos QR y se situaron en lugares estratégicos de los establecimientos. Cualquier persona con un smartphone podía acercarse a la tienda donde había tenido lugar el evento, buscar el código y disfrutar del concierto en la pantalla de su teléfono.
Esta iniciativa se puede entender también como una forma de conectar algo tan alejado de lo digital como una tienda con las últimas innovaciones para compartir y consumir contenidos. ¿Puede el comercio volverse más digital y evolucionar gracias al ocio?
Disfrutando desde casa
Pero el cambio está yendo mucho más allá. Las nuevas tecnologías influyen también en la forma en la que se consume la música en vivo. A nadie se le escapa que los conciertos aportan una dimensión con la que las grabaciones no pueden soñar, pero el concepto está cambiando y la tecnología tiene mucho que decir, por ejemplo, solucionando problemas. ¿Qué sucede cuando no podemos asistir a la única actuación que da una banda en nuestra ciudad? ¿O si se agotan las entradas? ¿O si tocan en otro país? Aquí es donde entra en juego la red.
Internet permite que cualquier grabación pueda reproducirse cuando el usuario quiera pero, además, su inmediatez ha ampliado las posibilidades de disfrutar de eventos en tiempo real desde nuestro hogar. El streaming consigue que algo que está ocurriendo en Suecia, Estados Unidos o Japón pueda ser seguido desde casa por alguien que vive en España, México o Sudáfrica en tiempo real. En el caso de la música, eso sí, cambiando la pista de baile y el escenario por el sofá casa.
Pero lo más importante es que no se está eliminando esta opción de ocio, sino extendiendo su alcance. Nunca será igual que asistir en persona pero, gracias a Internet, nadie se pierda nada, ocurra donde ocurra, esté donde esté. ¿Se convertirá el consumo de música en directo en un evento social para grupos reducidos, más enfocado al espacio del hogar y menos a las salas de conciertos?
Internet transforma el mundo tal y como lo conocemos. La adaptación de la industria musical al nuevo escenario es vital para su supervivencia, igual que lo es para la televisión. Son muchos los proyectos que aprovechan ya las posibilidades de Internet y los dispositivos móviles en este sentido. ¿Cuántos más veremos en el futuro?
Imágenes | Ventrue Beat, QReate & Track.
