Los colombianos tienen, en estos momentos, múltiples motivos de celebración. Fueron muchos los años de conflicto, tantos como 52, pero hoy el país está más cerca que nunca de un acuerdo de paz. Y no se acaban aquí las buenas noticias para los cafeteros. En una región en la que países como Brasil o Venezuela luchan para hacer frente a la recesión, la economía colombiana muestra signos de buena salud. A pesar de la adversidad del contexto mundial, con exitosas políticas y una agenda de crecimiento inclusiva Colombia propició el desarrollo en 2015 y volverá a hacerlo en 2016. En el curso de la última década, el fuerte marco de políticas establecido en Colombia ha sostenido un alto crecimiento del PIB. En 2015, la tasa de pobreza descendió pasando del 24,6 % de 2014 al 24,1 %[1]. Las desigualdades en las rentas, estimadas según el coeficiente de Gini[2], descendieron hasta el 52,2. Además, Colombia gana impulso en la arena política internacional tras haber pasado a ser miembro del «club de los países ricos» de la OCDE. Y, en último término aunque no menos relevante, está el hecho de que Colombia cuenta entre los países con mejores resultados en el Índice de Vida Digital de Telefónica (por sus siglas en inglés, TIDL) recientemente presentado.
El 31 de agosto, Telefónica presentó los resultados del TIDL en el ANDICOM, el evento del sector digital celebrado en Cartagena de Indias que reúne a más de 2.500 profesionales, expertos en tecnología y diseñadores de políticas. Carlos López Blanco, Responsable Mundial de Asuntos Públicos y Normativos, presentó los resultados del Índice obtenidos por Colombia. La primera buena noticia llega pronto. Colombia es la economía que mejores resultados obtiene en todos los aspectos en comparación con los restantes países latinoamericanos incluidos en el Índice, inmediatamente después de Chile. Colombia destaca con unos resultados superiores a los esperados en Vida Digital con relación a su PIB per cápita. La superación es en todos los ámbitos de la Vida Digital, mostrando los mismos resultados excelentes en cada ámbito. No obstante, ello no quiere decir que puedan darse por satisfechos, ya que la excelencia de Colombia en innovación solo es superior al promedio definido para Latinoamérica. En sentido positivo, el papel activo del Gobierno colombiano para promover el uso del móvil y el dinero electrónico y la inclusión financiera debe contribuir a la mejora de la Vida Digital.
El conjunto de indicadores que se muestran en el TIDL llegan a Colombia en un momento en el que la Comisión Nacional de la Regulación en Colombia se propone definir los indicadores de rendimiento claves para la Economía Digital.
Veamos ahora con detalle la vida digital de Colombia.
Apertura Digital
Apertura Digital se refiere a la facilidad con la que ciudadanos y empresas pueden aprovechar la infraestructura digital existente en el país. Una Internet abierta es universalmente accesible, puede llegarse a ella en todo el mundo, es interoperativa y permite la innovación abierta sin la necesidad de obtener permiso. Permite la portabilidad de la vida digital de los ciudadanos (aplicaciones, contenido, etc.) entre plataformas, y es un entorno en el que las personas pueden publicar el contenido, servicios y aplicaciones de su elección y acceder a los mismos, sin necesidad de soportar restricciones cuando quieran pasar del uno al otro de dichos elementos.
Colombia encabeza la lista en el ranking de Vida Digital (en relación con el PIB per cápita) entre sus iguales latinoamericanos. De acuerdo con el informe de 2015 sobre Libertad en la Red (anualmente publicado por el think tank Freedom House), Colombia goza de libertad parcial en Internet. Como ya se destaca en la publicación, el papel de Colombia en los movimientos sociales es cada vez más importante. Un estudio llevado a cabo por la ONG Somos Defensores indica que, durante la primera década del presente siglo, los movimientos sociales colombianos utilizaron Internet principalmente para mostrar información oficial. No obstante, muestra también el estudio, durante los últimos cinco años, a medida que Internet ha ganado en popularidad, dichos movimientos han adoptado el entorno en línea para defender e investigar cuestiones de interés para sus miembros.
Confianza digital
Colombia ocupa el sexto lugar entre los países latinoamericanos en cuanto a Confianza Digital; es decir, la disposición con la que ciudadanos y empresas participan de la infraestructura digital de un país, facilitada por el nivel de privacidad y seguridad en Internet. Este es uno de los cuellos de botella más importante que obstaculizan el desarrollo digital de Colombia. Uno de los métodos de medición utilizados para estimar la confianza digital es la adopción de Internet, lo que se define en función de seis variables: Nombres de dominio de Internet, penetración doméstica e individual de Internet, penetración de Internet móvil, uso de teléfonos inteligentes e Internet. Existen diversos factores subyacentes a los bajos resultados de Colombia en este ámbito:
- La brecha digital: La diferencia en el acceso a Internet entre diversos grupos digitales en una economía o sociedad determinadas.
- La asequibilidad económica de los dispositivos móviles.
Pero también hay buenos motivos en cuanto a confianza digital para Colombia. El país ocupa el primer lugar en el análisis de cuestiones de privacidad y seguridad. Es posible que ello se deba a buenas decisiones políticas. En 2011 Colombia elaboró un documento que subraya la necesidad de adoptar una estrategia de seguridad y defensa cibernéticas para el país. En 2015 el documento se actualizó (siguiendo las recomendaciones de la Organización de Estados Americanos) y en él se destacó la necesidad de incrementar la cooperación entre los sectores públicos y privados y de implicar al ámbito académico. La ciberdelincuencia representa hoy una amenaza para empresas, ciudadanos y gobiernos, por lo que hallar la estrategia apropiada será muy valorado.
Emprendeduría digital
En último término, aunque igual de relevante, la emprendeduría digital (la capacidad de la economía de adoptar la Vida Digital aprovechando su estructura digital para innovar, emprender y obtener crecimiento económico) es para Colombia una fuente de esperanza. En este aspecto Colombia ocupa el tercer lugar en términos de PIB per cápita. Ello nos revela la naturaleza emprendedora de los colombianos, además de los esfuerzos llevados a cabo durante los últimos años por las instituciones públicas. Así lo explica en el Financial Times Luis Alberto Moreno, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo: «El Plan colombiano Vive Digital, promueve la adopción de internet por todos sus ciudadanos. Se han eliminado los impuestos que gravan ordenadores, tabletas y teléfonos inteligentes. Se han dado bonos a las familias de rentas bajas para que puedan acceder a la banda ancha». Y también los emprendedores han podido aprovechar el plan Vive Digital. MiPyme, una de las herramientas de Vive Digital, incrementa el acceso a Internet y el uso de la red por parte de las empresas colombianas pequeñas y medianas, en pro de mayor productividad y competitividad a escala mundial.
A pesar de los esfuerzos, la vida digital en Colombia dispone todavía de recorrido para la mejora. El Gobierno debería concebir la Economía Digital como prioridad nacional y como un objetivo de las políticas del país. Un país con una demografía tan joven debería centrar los esfuerzos y la atención en las actitudes digitales (privacidad, seguridad, amenazas y oportunidades digitales), competencias digitales (capital humano, educación digital, etc.) y aspiraciones digitales como las empresas digitales, la innovación, la internacionalización empresarial basada en medios digitales y la disponibilidad de capital riesgo y otro tipo de fondos para la actividad económica digital. Colombia y sus ciudadanos tienen motivos para estar satisfechos y deben estarlo, pero queda todavía un buen trecho por recorrer hasta alcanzar la excelencia digital.
[1]FMI Artículo IV Colombia 2016
[2]El coeficiente de Gini (a veces denominado ratio Gini o índice Gini normalizado) es una medida de dispersión estadística cuyo objeto es representar la distribución de la renta entre los residentes de una nación, y es el método de uso más habitual para medir la desigualdad.
Este post fue publicado previamente en el blog de Public Policy de Telefónica.