MoVR es una solución nacida para acabar con el entramado de cables que a día de hoy implica utilizar los mejores kits de realidad virtual.
El nivel de inmersión que se ha conseguido en 2016 gracias a propuestas como la de Oculus Rift o HTC Vive es impresionante. Por primera vez, muchos usuarios han considerado que la realidad virtual ha dejado de ser una promesa, para convertirse en realidad. Sin embargo, las tecnologías que la apoyan están lejos de lograr la madurez adecuada para alcanzar un nivel elevado de comodidad. Prueba de ello son los cables que acompañan a ambos sistemas, los cuales privan de cierta libertad de movimiento. El MIT se ha propuesto acabar con este problema y ha desarrollado MoVR.
Con ese sistema, aseguran que los kits del futuro se podrán utilizar inalámbricamente sin pérdida de calidad gráfica o aumento de la latencia, gran rival y talón de aquiles de la inmersión, y que además de resultar gráficamente desagradable, produce mareo. MoVR se basa en las ondas milimétricas (mmWave) que veremos triunfar y expandirse con la incipiente tecnología de redes 5G. Su principal inconveniente es que con el simple movimiento de una mano la transmisión de datos puede ser debilitada, resultando en mala experiencia de juego.
El equipo del MIT ha diseñado dispositivos que son capaces de hacer función espejo de manera inteligente, de forma que detectando los movimientos del cuerpo es capaz de dirigir las ondas alrededor mediante un cambio de ángulo, y finalmente llegar al dispositivo receptor. Según el responsable, MoVR está lejos de ser una alternativa comercial, porque es difícil calcular el coste adicional que supondría integrarlo en los kits, y porque no es una solución nada elegante, que sólo funciona con dos antenas direccionales que están lejos de lograr la invisibilidad deseada.
Frente a otras soluciones independientes, creen que el futuro de MoVR pasa por integrarse con kits como Vive, en el sentido de que es más viable al no tener que comenzar a trabajar desde cero. Omid Abari, líder de la investigación, afirma que ya ha comenzado a entablar contacto con los desarrolladores, con ganas de ayudar y colaborar en el futuro. El futuro de los juegos pasa por la realidad virtual, y esta pasa por la libertad total que ofrece una experiencia inalámbrica.