En el Día Mundial Contra el Sida, queríamos hacer un repaso a algunos avances y acciones relacionados con la tecnología que están ayudando a prevenir la contracción del virus y a mejorar la calidad de vida de las personas que ya lo padecen.
La historia del sida se remonta 35 años atrás, a 1981, cuando en Estados Unidos se contó en una conferencia que se habían detectado cincos casos de neumonía por Pneumocystis carinii. Todos ellos eran hombres homosexuales con una vida sexual activa, lo que sin duda llevó a muchos sectores de la sociedad a llegar a hablar de «castigo a los gays» por el hecho de serlo. Desde entonces se ha eliminado prácticamente la etiqueta y el estigma, pero el VIH sigue atacando mortalmente a países africanos donde los métodos anticonceptivos no se encuentran tan extendidos.
Fuera de Europa, donde la educación sexual y el conocimiento del virus del sida ayudan mucho a la prevención, se han hecho necesario llegar a los jóvenes, el colectivo que más lo sufre. Ante la dificultad de llegar a ellos en países como Zambia, con poca penetración de Internet en los hogares, se puso en práctica una solución llamada U-Report encargado de enviar por SMS mensajes de ayuda a los 50.000 jóvenes que se dieron de alta en el sistema. Una solución sencilla, económica y eficaz.
Para los usuarios de smartphones que ya sufren el virus, son interesantes aplicaciones como AIDSinfo, que brindan información sobre medicamentos aprobados para tratar la infección, así como medicamentos que suelen ayudar a gente que vive en el día a día con el virus. Además, también permite marcar las horas a las que se deben tomar las medicinas, para que la aplicación notifique y el usuario no se olvide.
En cuanto a la detección rápida, el móvil también ayuda con soluciones como la aplicación desarrollada por Aratech, una startup española. La aplicación automatiza el análisis, con lo que el período se reduce desde la hora típica a los 5 minutos. Haciendo uso de la técnica Western Blot, las proteínas extraídas del posible portador del virus son expuestas a una electroforesis en gel.
Dependiendo del resultado, unas tiras de color negro que ofrecen pistas sobre las proteínas que se detectan. A partir de una fotografía del gel, la aplicación analiza mediante un algoritmo y ODR (Optical Density Recognizer) el resultado de la densidad de las proteínas. Este paso es el que hacía perder tanto tiempo a los laboratorios, y ahora se reduce a 5 minutos. Además el sistema provee de una red online con almacenamiento en la nube que evitará las pruebas tengan que almacenarse físicamente, pues es lo suficientemente seguro y fiable como para confiar en él entre distintos centros médicos.