Aunque no se esperan avances revolucionarios, 2017 supondrá una profundización en las tecnologías que llevamos varios años esperando que exploten.
2016 ha dejado tendencias muy claras en el mercado de la tecnología, e independientemente de las que deje 2017, habrá avances ya conocidos que llegarán a lo largo del año y que, sin ser revolucionarios, mejorarán todos aquellos dispositivos que utilizamos en nuestro día a día. Y es ahí donde entran en juego apoyando a nuevas tendencias, haciendo clara su consolidación y otorgándole cierta madurez. Esto es lo que viene.
Las tecnologías inalámbricas son una parte inseparable de la realidad cotidiana desde hace muchos años, pero para muchos aún no han dado todo su potencial o suponen un cuello de botella en muchas situaciones. Con Bluetooth 5.0, el consorcio encargado promociona el doble de velocidad con una mejora en la capacidad de transmisión de datos del 800% respecto a Bluetooth 4.2, actualmente extendido en todo el mercado móvil. Para hacernos una idea del avance que supone, es mejor mirar a su hermano Wi-Fi 802.11n. Si ya existe Wi-Fi, ¿para qué Bluetooth?
La respuesta es sencilla, el consumo energético continuado con Wi-Fi es muy superior al del Bluetooth, pese a avances como el Wi-Fi pasivo, y para el Internet de las Cosas, pese a nuevos estándares como Wi-Fi HaLow, no hay color. Con Bluetooth 5.0 se solucionan sus problemas de velocidad por los cuales ha dejado de ser una solución ideal para compartir Internet entre dispositivos. Será uno de los protagonistas del próximo año, empezando dentro de unos días en el CES 2017 de Las Vegas y cobrando importancia en el MWC 2017 de Barcelona.
Por otra parte, la Wi-Fi Alliance nos deja el nuevo WiGig o Wi-Fi 802.11ad, un nuevo estándar pensado para contextos sin obstáculos con los dispositivos muy cercanos entre sí, una solución ideal para transmisión de contenidos 4K entre una televisión y un router cercano, y sobre todo, para envíos con Wi-Fi Direct justo al modo Bluetooth, con envíos de 1 GB en 3 segundos o series en 4K en 30 segundos. El avance se produce gracias a la nueva banda de frecuencias de 60 GHz, que si bien permite el caudal de datos mencionado, no tiene la potencia de las empleadas para LTE o para Wi-Fi convencional, 2.4 GHz y 5 GHz.
Por último, será la realidad virtual de gama media-baja la que sufrirá grandes cambios durante el próximo año, con mejoras ya patentadas como el seguimiento de ojos, que permitirá no sólo mayor inmersión, sino también juegos y aplicaciones más cómodos y que dependan menos de mandos y otro tipo de controles. Lo que viene seguro es un sistema de cámaras minúsculas que traerá la integración del cuerpo (las manos en la pantalla), reservado hasta ahora a la gama alta.