En casos de chantaje, cumplir o pagar sólo le da más poder al chantajista. Es justamente por ello que las compañías atacadas el 12 de mayo se han negado a pagar los rescates pedidos por WannaCry. El grupo de hackers atacó más de 100 países, secuestró sus ordenadores y archivos, y exigió bitcoins a cambio.
Llegado el fin de semana, el mundo creyó que la amenaza estaba controlada. Pero el lunes, Bog Iger, CEO y Presidente de Disney anunció a sus empleados que una de las películas por estrenar había sido secuestrada. Los hackers amenazan, explicó en Nueva York, con publicar trozos de la película en Internet si no pagan el rescate. El título de la película no está confirmado, pero The Hollywood Reporter asegura que es Piratas del Caribe o Cars 3.
Manuel Moregal, experto en piratería y distribución en internet y CTO de 3ANTS, startup actualmente ubicada en Wayra Madrid -la aceleradora de Telefónica Open Future-, sostiene que lo más importante en estos casos es no pagar el rescate. Al hacerlo, el mensaje que se envía es que los hackers tienen poder y se les invita a hacerlo nuevamente. En efecto, las autoridades locales e internacionales aconsejan lo mismo que Moregal: no pagar el rescate. Aunque el Hollywood Reporter publicó el 12 de mayo que el FBI aconsejaba a Hollywood pagarlo, las fuentes oficiales instan a no hacerlo.
Además, la selección del bitcoin, una moneda con ningún valor aparente, es muy inteligente, explica el CTO de 3ANTS. “El Bitcoin es una moneda que no se puede trackear. Por este motivo, son como tener un paraíso fiscal en la cartera. Es más fácil rastrear una transferencia a Andorra o Luxemburgo.”
Desde luego, no publicitar el evento de manera alarmante y colaborar con las autoridades en la medida de lo posible, como hizo Telefónica durante el ataque del viernes pasado, mientras se encargan del problema es la mejor manera de evitar que el poder caiga en las manos de los hackers. En efecto, el objetivo de Disney no era que esto saliera al público. Bob Iger comunicó el suceso a sus empleados en la reunión privada que la compañía suele hacer con sus empleados antes de presentar la temporada de verano a los anunciantes.
La viralización en Internet es un problema al que ahora deberá enfrentarse Disney, una compañía que bien sabe cuál es el alcance de la piratería. Como experto en piratería y distribución, Moregal asegura que llegar a encontrar a los responsables directos de la filtración de un film es extremadamente complicado. Además, las vías legales son muy lentas. “Los sistemas judiciales aún no logran alcanzar al Internet en cuanto a adaptabilidad. Las leyes no logran reformarse para enfrentarse al cambio constante que sufre la tecnología”, dice el tecnólogo. Su opinión es que, aunque la ley existe para aplicarse y que es importante proteger por ese medio los contenidos, lo único que garantiza a compañías en la situación de Disney que su contenido será protegido es usar software y algoritmos punteros.
“No hay mejor manera para combatir la tecnología de los hackers y los modelos de Internet, que con empresas de protección cibernética y, en este caso de contenido, que sean ágiles, flexibles y adaptables,” comenta. Moregal explica que al combatir la tecnología infinita de los hackers con sus mismas técnicas de agilidad y adaptabilidad la eficiencia de la protección de contenido aumenta exponencialmente.