SOS VHS, al rescate de las cintas de vídeo

Los componentes magnéticos de las cintas VHS se están degradando, lo que podría implicar la pérdida de archivos gráficos importantes.

A pesar de que el formato VHS quedó obsoleto hace bastante tiempo, aún existen muchas historias encerradas en estas cintas magnéticas. Mary Kidd forma parte de una asociación que se dedica a digitalizar los contenidos de las antiguas cintas de vídeo.

En un desván de Tribeca, Nueva York, repleto de artilugios como osciloscopios, escudos vectoriales o monitores de forma de honda, Kidd trabaja con otras personas con el objetivo de asegurar una buena transmisión del formato analógico al formato digital.

Todas ellas pertenecen al Colectivo XFR y son archivistas o se dedican a la preservación. La mayoría trabaja de forma profesional, pero algunas simplemente lo hacen por gusto en sus ratos libres. Creen que invirtiendo su tiempo en esta tarea pueden conservar historias íntimas y personales de otras personas que, de otra manera, se perderían.

Todos los miembros que integran esta asociación sienten que el tiempo juega en su contra. Su “plazo de entrega” cada vez está más cerca. Esto se debe a que un estudio ha revelado que a las cintas de vídeo les quedan como mucho 15 ó 20 años de vida. Por este motivo, archivistas como los de este colectivo pretenden salvar los documentos gráficos que contienen estos soportes y así contribuir a revertir la “crisis de los medios magnéticos”.

¿Por qué se está produciendo esta crisis?

Todo radica en el funcionamiento de los dispositivos VHS. Su funcionamiento consiste en una cinta donde las imágenes y los sonidos se magnetizan, utilizando el mismo principio que cuando se frota un imán sobre un trozo de metal y se conserva el magnetismo. Pero cuando el imán se aleja, el metal pierde poco a poco ese magnetismo. Lo mismo ocurre con las cintas de vídeo. Están perdiendo poco a poco sus propiedades magnéticas.

La mayoría de estos archivos audiovisuales fueron grabados durante los años 80 y 90, cuando las cámaras de vídeo fueron accesibles a gran parte de la población. Teniendo en cuenta esta información, Howard Lukk, director normativo de la Society of Motion Picture and Television Engineers, estima que existen millones de cintas que aún están sin digitalizar. “Las personas que todavía conservan sus cintas no se dan cuenta de que se están degradando”, ha advertido Lukk al respecto.

Existen muchos servicios para pasar estos documentos gráficos de analógico a digital. Sin embargo, el proceso de digitalización en sí mismo es bastante laborioso. Cada transferencia que hace el Colectivo XFR requiere que haya una persona viendo todo el material que contiene la cinta mientras se pasa de un formato a otro.

Además de este trabajo, los componentes de esta organización también se dedican a seleccionar aquellos vídeos que creen que tienen un valor importante para el ámbito social y que necesitan ser conservados. Normalmente son documentos gráficos de comunidades que no están bien documentadas en las instituciones, como, por ejemplo, inmigrantes, gente extraña, artistas o activistas. Algunos son vídeos sobre brutalidad policial, otros simplemente bodas. Todas las cintas pertenecen a personas que quieren que estos archivos estén disponibles de forma pública y que se almacenen en espacios de Internet sin ánimo de lucro.

Sin embargo, este proceso no asegura que este contenido perdure para siempre. Según Lukk, el formato digital también tiene sus propios problemas. Cuenta que algunos conservacionistas del mundo del cine argumentan que se deben tener en cuenta los métodos de conservación antiguos para preservar estos archivos. Por ejemplo, muchas películas de Hollywood se almacenan en la cinta original dentro de minas de sal, donde pueden durar más de 100 años.

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