Matemático, científico, programador, criptógrafo e incluso filósofo. Alan Turing fue una de las grandes personalidades intelectuales del siglo XX. Con sus conocimientos, luchó contra el nazismo y propuso ideas que todavía hoy dan que hablar en el campo de la inteligencia artificial. Este 2012 se cumple el primer centenario de su nacimiento, una buena excusa para repasar algunos de sus logros más importantes.
¿Pueden las máquinas ser inteligentes?
Al principio de la película Blade Runner, un policía que capturar robots de apariencia humana se entrevista con un sospechoso de ser una máquina inteligente. Para determinar si está ante un ser artificial, el agente lleva a cabo un examen. Con unas cuantas preguntas, es capaz de descubrir la naturaleza de cualquier ente, real o construido, incluso si a simple vista es casi indistinguible de un ser humano.
Sí, esto es ficción, pero está basada en un concepto real. Alan Turing estaba interesado en la inteligencia artificial y, a mediados del siglo XX, propuso un experimento que sería capaz de revelar si una máquina es verdaderamente inteligente en el futuro.
El punto de partida es casi un juego. Se necesitan tres participantes, un hombre, una mujer y un juez. El juez permanece aislado, sin ver a los otros dos, y, mediante preguntas y respuestas, tiene que descubrir quién es el hombre y quién la mujer. La cosa se complica cuando la misión del hombre es engañar al juez para que piense que en realidad él es ella. Para conseguirlo, puede mentir todo lo que quiera. La mujer, por su parte, tiene que ayudar al juez a alcanzar la verdad.
¿Cómo relaciona Turing este juego con la inteligencia artificial? Su propuesta es cambiar a uno de los jugadores por un ordenador. En concreto, al personaje masculino. En este caso, ¿acertará el juez que no está tratando con persona sino con una máquina? Ahí está la clave. Si el juez falla tantas veces como cuando juega con otros dos humanos podríamos hablar de inteligencia artificial, de un desarrollo tan potente que es imposible diferenciar la artificial de la natural.
Vale la pena detenerse un momento aquí, porque, si analizamos la visión de Turing, para querer decirnos que para que una máquina sea considerada inteligente tiene que tener la capacidad de mentir. ¿Es así? ¿Es engañar una de las claves de nuestra inteligencia?
La máquina Enigma y la lucha contra el nazismo
Sea clave o no, está claro que engañar es una constante en la historia de la humanidad. Alan Turing destacó también como criptógrafo durante la Segunda Guerra Mundial, cuando trabajó en la instalación militar de Bletchley Park descifrando los códigos secretos del Tercer Reich. Sus capacidades intelectuales y sus estudios le convirtieron en un nombre importantísimo para entender la máquina Enigma, una de los ordenadores de cifrado y descifrado de mensajes en clave más importante del siglo XX.
Los nazis la emplearon con grandes resultados, hasta que Polonia interceptó un modelo que se había enviado de Berlín a Varsovia. A partir de ese momento, los aliados pudieron ponerse manos a la obra en la investigación de su mecanismo. Turing desarrolló una máquina llamada Bombe para entender la Enigma, que llevó a los británicos a ser capaces de entender todos los mensajes que enviaban sus enemigos.
Los alemanes, por su parte, siguieron convencidos de que sus informaciones seguían siendo secretas. Mandaron grandes cantidades de datos de vital importancia sin saber que los estadounidenses y los británicos eran capaces de descifrarlos y usarlos en su beneficio.
Alan Turing murió prematuramente en 1954 en lo que se ha tomado por un suicidio, probablemente provocado por la manera en la que la sociedad británica trataba a los homosexuales en aquella época (cárcel, castración química…). Su aporte a la ciencia de la computación y sus ideas le sobreviven todavía hoy, sin que muchas de las preguntas que se planteaba en tantos campos hayan encontrado todavía respuesta. ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?
Imágenes | Wikipedia, Realnorth.
