ondas gravitacionales

El insólito regalo de dos estrellas muertas hace 10.000 millones de años

Científicos detectan la quinta onda gravitacional de la historia, procedente de la fusión de estrellas de neutrones, y observan la luz de la fuente.

Un consorcio internacional de más de 3.000 investigadores ha determinado la quinta onda gravitacional de la historia. La señal, recibida el pasado 17 de agosto a las 12:41 h, procede de la fusión de dos estrellas de neutrones, según han podido confirmar los observatorios de Advanced LIGO (Estados Unidos) y VIRGO (Italia). Las cuatro ondas detectadas anteriormente presentaban un origen diferente, al haber sido generadas tras la colisión de agujeros negros.

La inesperada fuente de la que proviene esta quinta onda gravitacional no es la única característica relevante del hallazgo. Poco después de que los detectores recibieran la señal GW170817, los satélites Fermi de la NASA e INTEGRAL de la Agencia Espacial Europea observaron un breve estallido de rayos gamma en la misma zona. Al explorar la región de la que procedía la onda gravitacional, situada a 130 millones de años luz en la galaxia NGC 4993 de la constelación de Hidra, los científicos se dieron cuenta de que no solo habían conseguido escuchar de nuevo los ecos tenues que predijo Albert Einstein hace algo más de un siglo.

Por primera vez en la historia se logró determinar la existencia de una kilonova, potentes explosiones que suceden tras la fusión de dos estrellas de neutrones. Según explican los científicos, estos enormes estallidos son mil veces más brillantes que la típica nova y habían sido predichos de manera teórica hace tres décadas. El descubrimiento ha sido posible gracias a la observación de decenas de telescopios y detectores de todo el planeta, que han conseguido captar la luz procedente de la explosión estelar y las ondas gravitacionales generadas.

Las kilonovas además dispersan elementos químicos más pesados que el hierro una vez que son generadas. Este hallazgo ha permitido a los científicos contar con evidencias cada vez más sólidas de que las estrellas de neutrones son las verdaderas fuentes que producen estas especies químicas, y no las supernovas, como se creía hasta la fecha. Entre los elementos químicos dispersados a una quinta parte de la velocidad de la luz, se encuentran el oro y el platino, según señala en un comunicado el Observatorio Europeo Austral (ESO, por sus siglas en inglés).

El anunciado realizado hoy muestra el insólito regalo que nos brindaron una pareja de estrellas que murieron hace más de 10.000 millones de años. La ciencia ha logrado no solo determinar la existencia de una nueva onda gravitacional, sino también analizar su contraparte visible y establecer su relación con la producción de elementos químicos pesados y con los breves estallidos de rayos gamma de corta duración. El importante hallazgo ha sido difundido unos días después de que se hiciera público el Premio Nobel de Física de 2017, que galardonó a los pioneros en el diseño y desarrollo de las potentes máquinas con las que hoy conseguimos escuchar los susurros cósmicos que soñó el mismísimo Albert Einstein.

Imágenes | NSF/LIGO/Sonoma State University/A. Simonnet, Observatorio Europeo Austral

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