Manuel Calvo Hernando es una de esas figuras imprescindibles del periodismo español. Nacido en 1923, Calvo Hernando, además de divulgador y profesor, fue maestro de varias generaciones de comunicadores científicos. En 1969, cofundó la Asociación Iberoamericana de Periodismo Científico, y dos años después, crearía su homóloga española, conocida hoy como Asociación Española de Comunicación Científica.
En su página web, Calvo Hernando escribía que la divulgación científica nacía en el mismo instante que la comunicación de cualquier hecho relacionado con la investigación dejaba de estar reservado de manera exclusiva a los miembros de la propia comunidad científica o a otras minorías. En 1999 incluso elaboró un decálogo sobre divulgación, imprescindible para todo aquel que desee dedicarse a la comunicación de la ciencia.
Los diez puntos que estableció son de suma importancia, pero quizás sea el segundo artículo el que más relevancia tenga, ya que Manuel Calvo hablaba de que el divulgador debía poner todo su esmero en difundir los descubrimientos científicos, logrando un equilibrio entre resaltar su importancia para la humanidad y su valor fruto del trabajo común de muchos grupos de investigación.
Hoy os hablamos de algunos de los más famosos comunicadores científicos, que han logrado llevarse a su terreno al gran público, para así demostrarles que la ciencia es apasionante, que engancha y que puede ayudarnos a construir un futuro mejor.
Carl Sagan: Todo lo que es, o lo que fue, o lo que será alguna vez
Si hablamos de divulgación científica, resulta imprescindible nombrar a uno de los mejores divulgadores de la ciencia, si no el mejor que ha existido: Carl Sagan. El astrofísico norteamericano, además de sus espectaculares contribuciones en investigación, pues participó activamente en el programa Apolo, fue un firme defensor del escepticismo y un luchador innato contra las pseudociencias.
Por este motivo, Sagan se lanzó al mundo de la divulgación científica, acercando complejos términos a la sociedad. Uno de sus primeros libros, titulado Los dragones del Edén, fue galardonado con un premio Pulitzer. Un año después desarrollaría la serie televisiva Cosmos, a través de la cual millones de personas comenzarían un viaje apasionante por el Universo.
Sagan fue un depredador de la ciencia, pero si nos quedamos con alguno de sus magníficos trabajos, quizás sea con el vídeo en el que habla de «ese punto azul pálido». Porque a veces, en nuestro día a día, tendemos a dramatizar nuestros problemas y dejarnos llevar por pequeñeces, sin tener en cuenta la inmensidad del abismo que nos rodea. Lo explicaba mejor el propio Carl Sagan:
Neil de Grasse Tyson: el discípulo aventajado de Sagan
Otro de los grandes divulgadores que ha sabido acercar la ciencia al gran público como nadie es Neil de Grasse Tyson. Este astrofísico nació en 1958 en el Bronx, y a la temprana edad de once años descubriría su pasión obsesiva por el Universo. Tras terminar sus estudios en Harvard, completó su doctorado en la Universidad de Columbia.
Además de ser un gran astrofísico, Tyson es digno sucesor de Carl Sagan en el mundo de la divulgación científica. Sus esfuerzos en la comunicación se han materializado en proyectos como el programa televisivo NOVA Science Now, que se dejó de emitir en 2011, y su labor al frente del Planetario Hayden.
Pero si queremos saber por qué es importante la comunicación científica, es mejor que veamos al propio Neil en acción, en una entrevista que concedió a la revista Time. Resulta interesante ver la comparativa entre niños y científicos que realiza, porque al fin y al cabo, es la curiosidad la chispa que enciende miles de preguntas en nuestro cerebro, para que la investigación intente responderlas:
Los jóvenes divulgadores vienen pisando fuerte
Siguiendo la estela de sus dos grandes predecesores, las nuevas generaciones de comunicadores siguen dejando el listón muy alto. Y es que genios como Brian Cox, físico de partículas británico, han devuelto a la ciencia al lugar que nunca debería haber abandonado: su sitio entre la sociedad.
Cox, además de trabajar en el experimento ATLAS del CERN, ha participado en múltiples programas de radio y televisión de la BBC. Su labor no termina ahí, sino que también ha estado en diversas conferencias TED, hablando de la importancia de la física de partículas y de las actividades que se realizan con el Gran Colisionador de Hadrones.
Otro de los jóvenes que también está trabajando de manera activa en la divulgación es Joe Hanson. Quizás de primeras su nombre no te suene, pero si hablamos del blog It’s OK to Be Smart o de su canal en YouTube, es probable que sientas la necesidad de devorar los nuevos avances científicos y estar permanentemente actualizado sobre los últimos resultados de investigación.
Y es que como dice el propio Hanson en su blog, la ciencia es para todos:
We live in the future, and that future is one in which science impacts every part of our lives. But too many people aren’t taking part in that future. Too many aren’t taking part in science. We must teach science as more than facts. It’s a creative process, it’s an instant injection of wonderment, it’s the excitement we feel at the edge of knowledge. It’s for everyone.
Chris Hadfield: el astronauta que nos acercó al espacio
No podemos terminar nuestra reseña sin hablar del astronauta que nos llevó a todos al espacio, a través de su cuenta de Twitter o su canal de YouTube. El canadiense Chris Hadfield fue un ejemplo de divulgación científica sencilla y espectacular durante los cuatro meses que pasó en la Estación Espacial Internacional.
Sus fotografías del planeta, sus vídeos demostrando cómo llorar en el espacio o cómo podía un astronauta lavarse los dientes, son sólo pequeñas cápsulas que han servido al gran público para quedarse asombrado con la investigación espacial. Y como la aventura a bordo de la Estación tenía que terminar, Hadfield cerró su espectacular viaje grabando el primer videoclip musical en el espacio:
Los 5 ejemplos que os hemos contado cumplen a la perfección las directrices del gran Manuel Calvo Hernando. Aunque quedan muchos divulgadores en el tintero, lo cierto es que el éxito y la importancia de la investigación en la sociedad depende en buena parte de la labor diaria de todos los comunicadores, periodistas y científicos.
Y es que difundir la investigación y darla a conocer deberían ser objetivos prioritarios de cualquiera al que le apasione la ciencia, para así conseguir que al gran público le pique el gusanillo de la curiosidad y quiera saber más sobre el mundo que nos rodea.
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