La compañía aeronáutica presenta sus planes para fabricar un avión solar que vuele de forma autónoma, el Zephyr S.
En el proyecto Zephyr S confluyen las ambiciones de Airbus por explorar nuevos horizontes aeronáuticos. En él se mezclan el uso de nuevas fórmulas energéticas, la tecnología dron y la altitud. Se trata de un avión solar no tripulado que volará a gran altura y que se destinará a tareas de vigilancia.
Airbus está invirtiendo fuertemente en la aviación no tripulada con distintas miras. Una de ellas es el transporte de mercancías, un ámbito sobre el que se han podido ver avances a lo largo de los últimos años, como pruebas con drones de reparto. Aunque la compañía tal vez mire más bien hacia la logística a gran escala, con aeronaves no tripuladas de gran capacidad.
Pero esta es solo una de las partes visibles de la investigación de Airbus. Otra de las aplicaciones del programa de drones es la vigilancia y aquí entra el proyecto Zephyr S. El avión solar no tripulado está más avanzado de lo que se pudiera pensar. Prototipos de esta aeronave ya han realizado más de 1.000 horas de vuelo.
Vigilancia y transporte son las dos áreas en las que Airbus más está invirtiendo en lo que a drones se refiere. Aeronaves como el Zephyr S son los representantes de la primera aplicación, mientras que la logística corresponde de momento a drones como Skyways, preparado para llevar cargas de entre 2 y 4 kilos.
Esta aeronave vuela a gran altura, a alrededor de los 21 kilómetros. Desde allí es capaz de captar imágenes como lo hacen los satélites, para complementar el servicio que estos prestan. Su labor de vigilancia se puede aplicar a fines relacionados con la gestión de desastres o a la monitorización de paisajes para controlar las condiciones de un entorno. Aunque la aeronave también podría servir para proporcionar conectividad en algunas partes del mundo, donde las conexiones terrestres inalámbricas no pueden llegar.
Tecnología solar para una gran autonomía
El Zephyr S pesa menos de 75 kg pero tiene una envergadura de 25 metros. Está plagado de paneles solares, como no podía ser de otra forma, para poder autopropulsarse. A la gran altura a la que vuela la aeronave, por encima de las nubes, la luz solar le impacta directamente. Así, un vuelo puede durar semanas, hasta que el Zephyr S tenga que descender a tierra.
La compañía apuesta por nuevas fórmulas energéticas para propulsar a la aeronáutica. Y no solo este tipo de aviones no tripulados de gran altura. Airbus colabora con Siemens y Rolls-Royce para desarrollar un avión eléctrico-híbrido, destinado a ser punta de lanza de aviones eléctricos del futuro.
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