Ana Pérez, 4 veces campeona de España y olímpica en los JJOO de Río: una historia de pasión y superación en la gimnasia artística

Uno de los rasgos que define la gimnasia artística son las lesiones frecuentes que viven los deportistas que la practican. Los ejercicios de suelo y de salto, la barra de equilibrio y las barras asimétricas son prácticas que requieren de mucho trabajo y práctica por parte de las personas que lo realizan. Profesionales que demuestran que en este deporte la concentración lo es todo.

Ana Pérez o Anita, como se la conoce dentro del mundo de la gimnasia artística, sabe perfectamente de qué hablamos. En conversación con Think Big nos empapamos de su humildad, dejándonos ver el carácter maduro y luchador de una veterana dentro de su disciplina. Ella es el firme ejemplo de que no importan las veces que nos caigamos en la lucha por un sueño; solo importan las veces que nos levantamos y el aprendizaje que obtenemos tras cada caída.

Anita ha sido cuatro veces campeona de España y fue la única representante española en los Juegos Olímpicos de Río 2016 en la modalidad de gimnasia artística femenina. Sin lugar a duda, esta joven de 24 años es un emblema dentro de la Selección Española, de la que también ha sido capitana.

Anita: una conexión con la gimnasia artística desde los 6 años

Esta sevillana conectó con el mundo de la gimnasia artística gracias a su hermano mayor. Durante las cenas familiares, este contaba a su hermana y a sus padres sus aventuras sobre la colchoneta. Mientras que, Anita, que entonces practicaba sevillanas, soñaba con ser ella quien contase esas hazañas. Así, con tan solo 6 años convenció a sus padres para que la apuntasen. “Quería probar esos juegos con los que mi hermano se lo pasaba tan bien”, cuenta Anita. A pesar de ser tan pequeña, no tardó en destacar entre el resto de las niñas. Pero un año más tarde tuvo una lesión, donde se fracturó los dos brazos. Esta situación y su posterior recuperación se extendió en el tiempo durante los tres años posteriores.

Ana Pérez

Con 10 años volvió a practicar gimnasia artística mostrando todas las ganas que había acumulado durante esos años sin poder practicar. No tardó en hacer ver a sus entrenadoras que ella realmente podía tener una carrera profesional dedicada a esta disciplina. Razón por la que, con 11 años, sus entrenadoras tomaron la decisión de trasladarla al grupo de competiciones. Aquí permaneció cinco años, hasta que en 2014 recibió una beca para poder formarse en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Madrid, donde entrenan numerosos deportistas profesionales.

La lucha por la consecución de un sueño: ser olímpica

Un año más tarde, en 2015, entró a formar parte del Programa de Becas Podium de Telefónica. Un programa de apoyo a jóvenes promesas del deporte olímpico español, desarrollado por Telefónica y el Comité Olímpico Español. Hasta la actualidad, esta deportista de élite ha ido compaginando la beca ADO (Asociación de Deportistas Olímpicos) con la beca Podium. En la actualidad, se encuentra dentro del programa de Telefónica.

Anita recuerda aquellos años como un maremágnum de emociones. Donde la ilusión y la felicidad por luchar por el sueño de ser olímpica era una constante; pero donde, no podía evitar echar de menos a su tierra. “Yo soy una persona muy familiar y fue duro verme sola de repente con 16 años. Además, pasé de ser buena en los estudios a no tener tiempo para ellos”, recuerda. Aunque, es clara cuando responde que no dudaría en repetir todo ese recorrido otra vez.

El no tener tiempo para poder estudiar, no ha sido un impedimento para que pueda hacerlo. Mientras entrenaba mañana y tarde en el CAR, sacaba tiempo para estudiar un grado superior en educación infantil y otro en nutrición, que está cursando actualmente. Cuenta que, cuando en un futuro deje de competir dentro de la gimnasia artística, le gustaría poder ayudar a otros deportistas a mantener una buena y adecuada nutrición que les permita la consecución de sus metas, de manera saludable.

Imagen de la Real Federación Española de Gimnasia cedida por Ana Pérez

Entre entrenamiento y entrenamiento, donde reconoce que su disciplina favorita son las barras, fueron llegando los éxitos. En 2015 se alzó como campeona de España y participó en el Campeonato Mundial de Gimnasia Artística 2015 en Glasgow, que capitaneó, clasificándose para los JJOO de Río 2016.

Por fin, con tan solo 19 años, había llegado el momento que llevaba soñando desde que decidió seguir los pasos de su hermano. Fue la única representante española dentro de esta disciplina y, a pesar de que no puedo entrar a competir por la final, dejó claro que Ana Pérez sería un nombre que empezaríamos a ver en los titulares. “Aún cuando veo vídeos de las pruebas en los Juegos Olímpicos de Río siento lo mismo. Los nervios, la ilusión… Sigo sin creerme que haya podido vivir esa experiencia”, explica Anita.

Un camino definido por un denominador común: la lealtad a un equipo

A estos JJOO le precedieron otros campeonatos que situaron a esta deportista como un referente dentro de la gimnasia artística. Anita reconoce que su mayor reto fue prepararse, junto a sus compañeras, para obtener la clasificación en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Una clasificación muy deseada por todas las profesionales que formaban parte del equipo español. “Había personas que no creían en nuestras facultades y queríamos mostrar todo lo que éramos capaces de conseguir”, afirma.

Así, en 2019 participaron en el Campeonato Mundial de Gimnasia Artística de Stuttgart, alzándose con un puesto como olímpicas en las olimpiadas de Tokio 2020. Un hito en la historia de la gimnasia artística femenina, ya que la figura de la mujer española, en equipos, no estaba presente en unos Juegos Olímpicos desde los celebrados en Atenas 2004.

Ana Pérez
Imagen de la Real Federación Española de Gimnasia cedida por Ana Pérez

Nadie esperaba que en 2020 los JJOO no se celebrarían por la llegada de una pandemia. Unos meses que no fueron sencillos para ninguna persona, donde tuvieron que posponerse muchos sueños. Como el de Anita y sus compañeras, que gracias a la tecnología pudieron seguir en contacto. Recuerda que, ellas se conectaban mañana y tarde para entrenar desde sus casas. Esto era muy positivo para ellas, sobre todo, en los días en los que se encontraban más tristes, porque “te olvidabas de lo que sucedía a tu alrededor”, cuenta.

Ella era la capitana del equipo y, aunque reconoce que nunca se sintió como tal, ocupaba un papel crucial en el funcionamiento del grupo. Su labor era la de ayudar a sus compañeras y que se sintiesen apoyadas en todo momento. “Nosotras somos una familia. Ellas son mis hermanas”confiesa. Esta familia de la que habla y su compromiso con todas ellas quedó muy claro en enero del 2021, cuando tuvo una lesión que la dejó fuera de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

A pesar del gran dolor que sufrió durante aquellos meses, no solo físico, también mental; sabía que sus compañeras la necesitaban. “Para ellas era duro saber que yo no iba a acompañarlas. Por eso, hacia el esfuerzo de ir a verlas todos los días, preguntarles cómo se veían, etc.”.

18 años de pasión y superación en la gimnasia artística

Anita tiene claro que la terapia ha sido un factor vital en su vida y en su carrera. Esta sevillana es consciente de que la estabilidad mental para un deportista de élite lo es todo. “El 90% depende de estar sano mentalmente. Si tú crees que lo puedes conseguir, lo conseguirás”, explica. Además, recuerda que tras la lesión que tuvo con 7 años comenzó a sentir muchos nervios cuando se presentaba a una competición. Nervios que ha ido trabajando, de la mano de un profesional de la psicología, para poder superar. Si bien, reconoce que sigue trabajando en ello y ya está mucho mejor.

Ana Pérez

Ella es el vivo ejemplo de una deportista que ha recorrido un camino incansable de subidas y bajadas, enseñándonos su gran espíritu de superación y una bonita lección: “vivir el día a día y valorarlo”, cuenta. Anita tiene muy claro que su presente es cuidarse y recuperarse de su operación, porque las competiciones estarán ahí, esperando. Y este es uno de los valores que también transmite el deporte: la paciencia y perseverancia.

Al finalizar la entrevista, preguntamos a esta veterana si quiere decir algo más, y lo tiene claro cuando afirma que, “todo el mundo puede luchar para ser deportista de élite. Pero si hay alguien que un día no se ve preparado para presentarse a una competición, no pasa nada, porque siempre va nuestro bienestar por delante, sin importar el qué dirán”.

Imagen de cabecera de la Real Federación Española de Gimnasia cedida por Ana Pérez.

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