Android Go, el resultado de los errores de Google

Android Go, trae, en teoría, mayor democratización al smartphone ultrabarato. Pero ya no estamos en 2013.

Cinco años después de la democratización del smartphone de calidad, estos siguen sin llegar a todas las partes del planeta, por el relativamente alto desembolso y pérdida de recursos que la adquisición de un terminal de gama media baja puede suponer para las economías subdesarrolladas. Es por eso que nacieron terminales como el Moto E o el Nokia Lumia 425, con precios de lanzamiento de 120 y 80 euros, respectivamente. Sin embargo, en lugar de ofrecer una experiencia mediocre, aquellos terminales funcionaban mucho mejor de lo que cabría esperar, y no hacían sentir menos a su comprador a la hora de usar apps del día a día.

Años después, Google lanza el programa Android Go, bajo el que quiere ofrecer garantías de calidad para los smartphones más económicos, a nivel de rendimiento y de funcionamiento de sus aplicaciones más utilizadas, de las que ha lanzado una versión Go, que significa «reducida», en línea de otras como Facebook Lite o Messenger Lite. Todo son aplausos a ese lanzamiento, pues Android Go está basado en el Android más puro que conocemos, y siempre es buena noticia que la variante más rápida y optimizada del sistema operativo se extienda.

Sin embargo, no me puedo tomar este programa de colaboración entre Google y los fabricantes como una noticia positiva por varios motivos. En primer lugar, me parece el reconocimiento y asunción por parte de Google de que el sistema operativo ha engordado tanto que su versión normal ya no es válida para cualquier terminal. Esto podría ser comprensible, pero antes, cuando pasaban estas cosas, en Mountain View se daban pasos como lanzar Project Butter, Volta o Svelte. Este último resultó crucial, porque con él Google dijo a los fabricantes y usuarios que Android 4.4 Kit Kat podía funcionar correctamente en dispositivos con 512 MB de RAM, que por aquella época aún eran frecuentes a precios bajos.

Es lógico que en 2018 Svelte «haya muerto» (aunque realmente fue con Android 5.0 Lollipop, meses después de Kit Kat), pero en vez de lanzar Go, Google podría volver a tomarse en serio optimizar cada sistema. Ah, no: eso es lo que, según ellos, hacen en cada versión de Android, a tenor de lo que vemos en cada edición del Google I/O. Optimizar recursos, mejorar autonomía y brindar mejor experiencia general. Es este sentido, puedo llegar a entender las versiones reducidas de aplicaciones que hagan uso de cantidades ingentes de datos, como YouTube o Facebook, pero no de que se rindan afinando el sistema, cosa que en el pasado se hacía sin recurrir a bifurcaciones. Al final, en vez de lograr una buena experiencia unificada, se logra una buena y otra regular y más limitada.

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