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Apple y las baterías, cuando un mal puede superar a la obsolescencia programada

Los usuarios llevan años quejándose de una obsolescencia programada que nunca se ha demostrado real. Ahora Apple atraviesa un problema cuyos efectos son incluso peores.

Y finalmente pasó, e Internet ardió. Aunque no como muchos llevaban años desenado. Apple ha reconocido abiertamente que cuando detecta baterías en mal funcionamiento en iPhones antiguos, reduce la velocidad de estos para garantizar la experiencia y, sobre todo, que no se reinicien o apaguen incluso teniendo la batería al 60% de su capacidad. El comunicado, que se ha hecho aproximadamente un año después del lanzamiento de la función que ralentizaba los terminales, ha encendido a muchos usuarios que demandan a la compañía más control sobre su dispositivo y, sobre todo, mayor comunicación con el público. La vieja sospecha de la obsolescencia programada vuelve a planear sobre Cupertino, erróneamente.

Desde hace semanas venía creciendo el debate alrededor de herramientas comparativas del rendimiento como Geekbench 4 y sus bajos resultados cuando las baterías están en mal estado, es decir, que el desempeño del procesador se limita para que no haya apagones inesperados ante una gran demanda repentina de energía. Al comenzarse a hablar del tema, desde Geekbench decidieron lanzar unos gráficos que mostraban la degradación de rendimiento en los terminales afectados.

Según ha comunicado Apple, todo comenzó con iOS 10.2.1, cuando ante los reinicios aleatorios de muchos terminales con la batería tocada, decidieron aplicar una gestión de la energía distinta. El problema está en que para los usuarios, el arreglo no se comunicó oficialmente, y sólo en algunos terminales aparecía un mensaje pequeñísimo en la sección de ajustes de batería indicando que la batería necesitaba un recambio, pero ni siquiera se notificaba con prioridad. La opinión de la mayoría de usuarios experimentados es la misma: quizá la medida tomada por Apple sea la correcta, y un terminal lento sea mejor que uno apagado, pero algo así no se puede tratar a espaldas del público.

Incluso terminales tan recientes como los iPhone X tienen activado el suavizado de batería, por lo que podrían estar rindiendo a la mitad de lo que deberían.

Y es ese público el que ahora habla de aaaobsolescencia programada. Desde Cupertino no se han dado cuenta de que, tras tantos años siendo acusados de ralentizar intencionalmente terminales viejos, un movimiento así alimenta la teoría de la conspiración. Hay que recalcarlo. No, esta medida de ralentización aplicada por Apple no tiene nada que ver con lo mal optimizado que ha llegado iOS 11 a terminales «viejos» como el iPhone 7 o el iPhone 6s. Se supone que el problema nacido de la medida de Apple se acaba al cambiar de batería, y la cosa efectivamente mejora. Pero los terminales seguirán yendo igualmente lentos, porque Apple no ha dedicado los recursos necesarios a los que cuentan con chips anteriores al A11 Bionic, el flamante chip del iPhone X y de los iPhone 8.

El problema del rendimiento va mucho más lejos que esto, y el caso de las baterías sólo echa más leña al fuego. Pero en lo que sí respecta a él, hay que decir que no sólo es una mala práctica. Disminuir el rendimiento de los terminales a la mitad puede ser incluso ilegal, aunque sea por una buena causa. Apple vende un iPhone con determinadas especificaciones, que rinden X. Si al año y medio reduce ese rendimiento sin avisar o dar opción, es normal que el consumidor denuncie el caso, como está ocurriendo en Estados Unidos.

La conclusión del caso es clara: no se trata de obsolescencia programada. Apple no ha planificado integrar malas baterías en sus productos para que al tiempo fallen y se pueda justificar bajar la velocidad. Pero la realidad es peor que la conspiración, pues nunca antes una actualización de iOS ha reducido tanto el rendimiento como la pérdida que los usuarios con baterías en mal estado han notado desde iOS 10.2.1.

Otra parte del asunto que se ha hablado poco tiene que ver con los umbrales para considerar que las baterías estaban en mal estado, o si en vez de aplicar la política de la degradación de rendimiento, Apple no tendría que haber avisado y sustituir gratuitamente todas las baterías de los terminales que estaban en garantía, pues claramente hay un problema de producción que no se ha dado en otras generaciones.

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